Page 38 - Diplomacia
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3er. Congreso Internacional del
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             Movimiento Olímpico en su totalidad fue asumido por el COI. En el incremento
             de fuentes de financiamiento a través de patrocinios para los deportes, los
             medios de comunicación (antes la televisión, ahora las redes sociales) han
             sido cruciales para la expansión de la espectacularización deportiva ya que
             el sistema deportivo recauda más en anunciantes, patrocinadores e ingresos
             por venta de derechos de transmisión. Los medios de comunicación, a su
             vez, aumentan sus ingresos por publicidad y así cubren los gastos por la
             compra de los derechos de transmisión. Las empresas anunciantes llegan a
             una amplia y segmentada audiencia, al rentabilizar de ese modo la inversión
             publicitaria. 40

                 Por ello, Pulleiro enfatiza que en el siglo XXI se entra de lleno en lo que
             podría considerarse espectacularización deportiva, según la cual los criterios
             comerciales y mediáticos dictaminan el sentido del deporte más allá de su
             propia identidad nacional o histórica. Sin embargo, a pesar de la creciente
             comercialización y transnacionalización del deporte esto  ha significado la
             desaparición total del Estado como actor interesado y protagonista en el
             sistema deportivo internacional, ya que la organización de actos deportivos
             internacionales y la participación sigue respondiendo a una lógica estatal-
             nacional, a pesar de que los organizadores de los principales megaeventos
             deportivos, como el COI y la FIFA, no son organizaciones públicas o vinculadas
             a los gobiernos. Es decir, las competencias deportivas internacionales como
             los Juegos Olímpicos o las Copas Mundiales siguen siendo protagonizadas
             por equipos deportivos o atletas que representan un estado-nación, incluso
             sin estar reconocidos por la ONU.   41
                 Por tanto, se suma la rentabilidad económica como un fin que persigue la
             diplomacia deportiva. Ya no se trata sólo de obtener un rendimiento político
             en términos de prestigio internacional, patriotismo u orgullo nacional, sino que
             también se procura la utilidad y la rentabilidad económica del deporte a la
             hora de organizar eventos deportivos o impulsar el desarrollo de determinados
             deportes. Más aún, para el COI, la FIFA y sus agremiados los megaeventos
             deportivos se han vuelto un negocio lucrativo. En la actualidad el potencial
             económico de organizar eventos deportivos es indiscutible y supone una
             derrama de capital en favor de múltiples sectores y países, cuando son
             planeados y organizados debidamente.  Las ciudades anfitrionas de eventos
             deportivos pueden generar mejoras en la infraestructura y áreas urbanas,
             de las que se benefician los ciudadanos, que así pueden contar con mejores
             instalaciones, transporte público y servicios. No obstante, si la planeación
             y diseño financiero del evento no se realiza con atingencia, un país puede
             aumentar su deuda pública y edificar infraestructura inútil para sus sociedades,
             dejando crisis económicas y políticas tras su finalización.


             40     Ibídem., p. 362.
             41      Ibídem., p. 368.




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