Page 36 - Diplomacia
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3er. Congreso Internacional del
Deporte y la Cultura Física
Murray reconoce estos cambios y por ello señala que hay una nueva
diplomacia deportiva. Señala que en términos de continuidad, el Estado,
los Ministerios de Relaciones Exteriores y los diplomáticos profesionales
perduran como referente clave en el estudio de la diplomacia deportiva e
indica que el principal cambio con respecto a su expresión tradicional es que
la diplomacia deportiva es un modelo mucho más inclusivo, amateur y en
red que incluye a otros actores internacionales, públicos y privados. Por lo
tanto, destaca que el papel de los Ministerios de Relaciones Exteriores ante
esta nueva modalidad es coordinar facilitar, administrar y evaluar estrategias
o políticas de diplomacia deportiva de todo el gobierno para mejorar tanto
imagen como reputación y para impulsar significativamente los vínculos
entre pueblos, así como la educación, el desarrollo, la cultura, la economía,
el comercio y el turismo. 34
A lo largo del siglo XXI, el deporte se ha empleado como una herramienta
para mitigar algunos de los grandes problemas socioeconómicos que
enfrenta la sociedad internacional a través de un mayor acercamiento a las
organizaciones internacionales gubernamentales. Uno de los hechos más
visibles de esta nueva diplomacia deportiva es sin duda el protagonismo
que ha adquirido el Sistema de Naciones Unidas en la promoción del uso
del deporte para alcanzar los propósitos que persigue: mantener la paz y la
seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad basadas en la
igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos y promover
esfuerzos de cooperación para la solución de problemas internacionales de
carácter económico, social, cultural o humanitario así como en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.
En estas páginas se podrán leer diversos artículos que dan cuenta de ello. 35
Un ejemplo de la presencia del Sistema de Naciones Unidas en la promoción
del deporte es su relación con el Movimiento Olímpico. Carlos Pulleiro señala
que a partir de la transnacionalización olímpica los vínculos entre la ONU y el
olimpismo se profundizaron. En 1992 el COI rescató la tradición griega de la
ekecheiria o tregua olímpica y exhortó a todos los países a respetarla. Por su
parte, la Asamblea General apoyó esa idea y, mediante su resolución 48/11 del
25 de octubre de 1993, instó a los Estados Miembros a que respetaran esa paz
olímpica. Posteriormente, en 1998 el COI decidió enarbolar la bandera de las
Naciones Unidas en todos los lugares donde se celebrarán competiciones de
los Juegos Olímpicos. La colaboración con el COI se fue extendiendo desde
entonces hasta casi la totalidad de agencias de la ONU, como el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Programa de las
34 Murray, Op. Cit., p. 94.
35 Naciones Unidas, Carta de las Naciones Unidas, Capítulo I: Propósitos y principios. Disponible
en: https://www.un.org/es/about-us/un-charter/chapter-1
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