Page 103 - Diplomacia
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DIPLOMACIA Y COOPERACIÓN:
REPUTACIÓN, DESARROLLO Y PAZ
gubernamentales. La pérdida de interés político y financiación a finales de
la década de los 60 se refleja en la reducción del presupuesto destinado a
estas actividades ya en 1969. 137
Desde el COI, si bien se veía con buenos ojos la ayuda entre países, no
sucedía lo mismo con la intencionalidad política, ya que en el caso soviético
no se escondía que la colaboración deportiva no era desinteresada, que
formaba parte de la estrategia exterior de ganarse aliados en la lucha por la
causa socialista. Así, el COI vio necesario emprender su propio programa de
solidaridad, con el cual potenciar y expandir el ideario olímpico en los países
con menor desarrollo deportivo, y hacer así a sus CONs más competitivos e
independientes políticamente.
Ya en 1962 se crea el Comité de Ayuda Olímpica Internacional, que buscaba el
fomento del deporte en países de África, Asia y Latinoamérica en colaboración
con las FDIs; y 10 años después surge Solidaridad Olímpica por la presión
de los propios CONs del Sur con apoyo de los países del bloque del Este. El
principal problema era su financiación, que hasta mediados de la década de
los 80 era tremendamente limitada por la falta de recursos propios del COI.
Además, la lógica colonial aún se mantenía en estos programas olímpicos,
ya que se diseñaban más en función a criterios impuestos desde Lausana
que atendiendo a las necesidades de los CONs demandantes. Como Henry
y Al-Tauqi mencionan, se reforzaba la idea de que la ayuda Olímpica trataba
de educar a las nuevas naciones, cómo debían adoptar la mejor manera de
organizarse para producir atletas de élite. Ambos autores cuestionan además,
138
ese trasvase de ayuda del, ya que los países desarrollados se beneficiaban
también de los atletas que destacaban desde la periferia:
[Se mejoraba] el conjunto de talentosos atletas que compiten en el sistema del país
de acogida, lo que mejoraba los estándares locales de rendimiento. Por lo tanto, al
igual que con la dependencia económica, la dependencia cultural proporcionó un
flujo de beneficios a los países donantes occidentales. Además, el deporte [también
formó parte de algunos acuerdos económicos generales más amplios], que a
menudo beneficiaba a los propios Estados del centro [capitalista] o las empresas
multinacionales con sede en los propios Estados del centro. 139
Finalmente, cabe apuntar el desprecio del COI hacia la UNESCO. A pesar
de que desde la UNESCO se concebía al deporte ya en la década de los 50
como uno de las mayores activos de las relaciones internacionales en cuanto
a intercambios y encuentros deportivos, y que coincidía con el propio COI en
que la bipolaridad de la Guerra Fría suponía una gran amenaza a la influencia
137 Thomas M. Hunt. “American Sport Policy and the Cultural Cold War: The Lyndon B. Johnson
Presidential Years” en Journal of Sport History, Volumen 33, nº 3, 2006, pp. 273–297.
138 Ian Henry y Mansour Al-tauqi, “The Development of Olympic Solidarity: West and Non-West
(Core and Periphery) Relations in the Olympic World” en The International Journal of the History of
Sport, Volumen 25, nº 3, 2008, pp. 355-369. Disponible en: https://doi.org/10.1080/09523360701739770
139 Ian Henry y Mansour Al-tauqi, Op. Cit. p. 363.
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