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DIPLOMACIA Y COOPERACIÓN:
REPUTACIÓN, DESARROLLO Y PAZ
competitiva y la agresividad como rasgo distintivo de la actitud, contribuyen
a esta manifestación.
La agresividad se manifiesta fácilmente como un aspecto común en la
práctica y competición deportiva, ya que es una parte fundamental y visible
del rendimiento de los deportistas. Los psicólogos del deporte, Gershon
Tenenbaum, Evan Stewart, Robert Singer y Joan Duda, distinguen dos tipos
de agresión deportiva según el beneficio primario obtenido después de la
agresión: la instrumental, que busca obtener ventajas concretas en favor de
la competición (como marcar un punto, evitar un tanto o bloquear); y la hostil,
que busca causar daño sin un propósito competitivo claro. 278
Si bien ambas formas constituyen manifestaciones de violencia, la agresión
instrumental se encuentra dentro de la institucionalidad y normatividad
general del deporte, lo que la promueve como un elemento casi inherente.
Basándonos en esto, podemos comprender la violencia, a través de la agresión
instrumental, como una parte ineludible de la competición, siempre y cuando
seamos conscientes de separarla de la hostilidad y la actitud antideportiva,
que buscan principalmente causar daño físico y psicológico para construir
relaciones de poder basadas en la fuerza física.
No se plantea aquí un ejercicio weberiano de violencias legítimas e ilegítimas,
sino el reconocimiento de la institucionalidad de la agresión a partir de la
naturaleza competitiva del deporte y la existencia de marcos regulatorios que
la permiten, aunque no la promueven ni monopolizan, y que la reconocen al
mismo tiempo que la limitan a través de la regulación y la sanción, pero sin
suprimirla por completo.
A grandes males, ¿grandes soluciones? Violencias en el deporte y su
prevención
Ahora, cabe preguntarse si las formas de violencia previamente mencionadas
tienen alguna solución. Para responder a esto, es necesario examinar cómo
el estudio histórico del deporte ha permitido identificar que la violencia ha
sido una constante en contextos tan antiguos como la Antigua Grecia y Roma.
Además, esta violencia no solo no ha disminuido, sino que se ha transformado
y evolucionado de acuerdo con los cambios geopolíticos, económicos y
sociales, como los de la época medieval y el Renacimiento. A pesar de que
en la actualidad la violencia en el deporte está “prohibida”, o mejor dicho,
regulada y penalizada, y es socialmente criticada y reprobada, continúa
manifestándose, reproduciéndose e incluso es celebrada en algunos sectores.
“Fuera de los tiempos de guerra, el deporte es quizá el único escenario en el
cual los actos de agresión interpersonal no solo son tolerados, sino aplaudidos
278 Véase en: Gerson Tenenbaum; Evan Stewart; Robert Singer y Joan L., Duda, “Aggression
and Violence in Sport: An ISSP Position Stand” en The Journal of sports medicine and physical
fitness, Human Kinetics Publishers, Inc, 1997, pp. 1-7. Disponible en: https://www.researchgate.net/
publication/13979879_Aggression_and_Violence_in_Sport_An_ISSP_Position_Stand
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