Andrés Sotelo, nuevo nombre en el canotaje auriazul

El felino, de 16 años, por primera vez forma parte de la Selección Mexicana y participará en el Campeonato Panamericano, a realizarse en Cuemanco del 6 al 10 de octubre

Emiliano Alvarado
Fotos: Jacob V. Zavaleta

 

Cuatro años de entrenar a tope le han dado una justa recompensa. Cuando comenzó su interés por sobresalir en el canotaje era de los más bajos de nivel, pero la constancia, disciplina y sobre todo saber que este deporte forma parte de su vida, han hecho que ahora Andrés Sotelo Sobrevilla sea uno de los mejores exponentes de México a nivel juvenil y es orgullosamente universitario.

Y es que el felino, de 16 años, se ganó un lugar en la Selección Nacional que participará en el Campeonato Panamericano Juvenil y de Primera Fuerza, a realizarse en la pista de Remo y Canotaje de Cuemanco “Virgilio Uribe”, del 6 al 10 de octubre, gracias a su buena actuación en la Copa Federación que se realizó hace algunas semanas.

“Se logró la meta que nos planeamos mi entrenador y yo. Me siento feliz, pero con los pies en la tierra. Es una meta que se ha venido buscando desde hace un año y estoy con un gran sabor de boca por ser parte de la Selección y participar este 6 de octubre en el Panamericano de Canotaje”, comenta feliz el estudiante de la Preparatoria Cinco.

Sotelo Sobrevilla participará en el bote K-4 a mil metros junto con sus compañeros Osbaldo Fuentes, de Marina, además de Jordan Salazar y Mario César García, ambos de Nuevo León.

“No será cualquier competencia; se dice fácil pero lleva mucho esfuerzo atrás. Siento una obligación con mi institución, que me ha dado todo el apoyo. Por supuesto quiero dejar en alto el nombre de México junto a mis compañeros y estamos trabajando en ello. Creo que nos irá bien, vamos por el primer lugar”, sentencia el auriazul. 

Ha sido un arduo esfuerzo el que Andrés ha puesto en cada entrenamiento para llegar hasta donde está ahora. Ocho años en la disciplina y cuatro metido al ciento por ciento, además de diez campeonatos nacionales obteniendo en casi todos una medalla, lo avalan. Parte fundamental de su progreso han sido sus guías Francisco Capultitla y Arturo Ferrer, entrenadores felinos.

“He trabajado siempre con mis profesores y a pesar de que hace poco más de dos años no me enfoqué lo que hubiera querido al canotaje, debido a mis deseos por entrar a la Prepa Cinco, estos últimos años han sido muy gratificantes y eso se lo agradezco a ellos”, indica.


Objetivos firmes

Motivado por dos grandes estrellas del canotaje felino, Francisco Capultitla hijo y Agustín Medinilla, Sotelo siempre piensa en grande. Sus objetivos son claros y su carácter firme a la hora de las competencias hace pensar que todo lo que se proponga, lo cumplirá. A la par, los estudios no los descuida porque sabe será su futuro.

“Debido a mis entrenamientos a veces no tengo tiempo de entrar a las clases, pero siempre veo la manera de resolverlo y gracias a mis compañeros, a mis padres, a la institución y sobre todo a mi actitud, el promedio no ha bajado”, explica el felino, quien cuenta con 9.1 de promedio y le gustaría entrar estudiar Derecho Penal en la UNAM.

Cuatro años dedicado de lleno a su disciplina deportiva le ha forjado un carácter sereno, pero firme a la hora de competir. Es una persona distinta dentro y fuera de la pista, algo que lo ha llevado a lo más alto del podio.

“Fuera del ámbito deportivo soy muy social, pues me considero buen amigo, procuro a los demás. Pero cuando estoy entrenando es distinto, porque ahí se trata de mi meta y de lo que yo voy a lograr. Eso es muy característico, cambian los papeles drásticamente”, dice sonriendo.

En su carrera deportiva han existido momentos que se quedarán dentro de sus mejores recuerdos. Por supuesto uno fue la pasada toma selectiva de la Copa Federación, donde por primera vez se ganó un lugar con la Selección Mexicana. Otro, y que recuerda aún con cierto coraje, es la pasada Olimpiada Nacional de Guadalajara, en donde un cuarto lugar lo llenó de satisfacción.

“Esperaba un segundo o tercer lugar, pero inconvenientes como el trazado de la pista, y que un competidor de Baja California me pegó en la punta cuando yo iba en segundo lugar, hicieron que bajara hasta el séptimo sitio. A partir de ahí no me quedó de otra que empezar de nuevo y remontar hasta el cuarto puesto”, rememora con júbilo.

Hoy sabe que las cosas han cambiado. Ser seleccionado nacional es muy distinto, lo tiene muy presente y lo vive en los entrenamientos arduos que le pone su entrenador, Salvador Jiménez, con quien está muy agradecido por su apoyo. Sin embargo esto, fuera de abrumarlo, lo motiva a continuar labrando el camino que lo llevará a unos Juegos Olímpicos y ondear la bandera universitaria.

México DF, 05/10/2010

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