Paola Saraí Fuentes, su vida a 1.86 metros

La campeona defensora de salto llega a la Universiada con la vista puesta en grandes alturas

Rodrigo Tovar/Ricardo Tapia
Fotos: Jacob V. Zavaleta/Rodrigo Zúñiga

 

Alegre, extrovertida, segura de sí misma, sonriente, pero ante todo con hambre de triunfo. Así es Paola Saraí Fuentes Velázquez, el futuro del salto de altura para la UNAM y todo México. 

A sus 21 años, la atleta puma ha participado en distintas competencias a nivel nacional e internacional, entre ellas la Universiada y la Olimpiada Nacional, en las cuales no ha dejado de ganar medallas durante cinco años (mismos que lleva becada por la CONADE), y en torneos de la especialidad en Estados Unidos, Brasil y Trinidad y Tobago.

“Si haces un buen papel y saltas bien es satisfactorio, pero por ejemplo en el regional de Olimpiada me sentía bastante mal, me dolía mucho la rodilla, y aún así gané. Pese a ello, no me satisfizo. Romper mi propia marca significa que han valido la pena las palizas que me he dado”, señala la alumna de Geografía en la Facultad de Filosofía.


Deportista desde niña

Desde los 12 años es atleta. Fue a esa edad cuando conoció a su antigua entrenadora, Irma Corral. A partir de ahí Paola no se ha despegado en ningún momento de las pistas, ni de las aulas de clase. Y es que pese a que entrena de lunes a sábado, no descuida sus estudios.

“Uno no puede ser atleta siempre, a los 30 ó 40 años ya no es lo mismo. Por eso también deseo ejercer mi profesión”, comenta convencida. Su 8.2 de promedio general lo avala.

Iniciada desde temprana edad en el deporte y siempre con el incondicional apoyo de sus padres, Paola ha practicado distintas disciplinas, tales como gimnasia, donde no pudo continuar debido a sus más de 180 centímetros de estatura, así como carreras con obstáculos.

La espigada atleta reconoce su preferencia por las disciplinas individuales, pues señala: “Me gusta que todo dependa de mí, tal vez por mi carácter es que prefiero competir sola, así me regaño a mí misma y no a alguien más”.


El gran salto

Paola no escatima en sus objetivos. Dados los buenos resultados logrados en las últimas justas, pone la mira en pruebas de mayor trascendencia. Está viviendo una nueva etapa donde busca superar sus propias marcas, pero ante todo crecer como atleta para, así, estar presente en los Olímpicos de Londres 2012 y, posteriormente, en Río de Janeiro 2016.

No obstante, reconoce que el camino hacia las competencias deportivas más importantes a nivel mundial no será nada fácil, pues deberá esforzarse al máximo y saber mezclar sus estudios con los entrenamientos así como las adversidades que puedan presentarse en casa. “Para alcanzar un mejor nivel no basta con asistir a competencias nacionales, es muy importante contender contra saltadoras de otros países”, refiere la auriazul que cursa el cuarto semestre.


Constancia y trabajo

La vigente campeona de la Universiada ha tenido avances notables en sus saltos. En tres temporadas ha alcanzado 1.80 metros. Y lo más difícil: se ha mantenido y superado hasta alcanzar 1.86, su récord actual, sin dejar de reconocer el arduo camino.

“Lo importante no es lograr una marca, sino mantenerse en ella, dominar un proceso, una altura, y ya que la dominas pasar al siguiente nivel. En cinco competencias que llevo he llegado a 1.86”.

Si bien ostenta una excelente marca a nivel nacional, 16 centímetros por encima de su más cercana seguidora, Paola no quiere “desbocarse”: “Jamás llego confiada, más bien segura de lo que he hecho, nunca me confío ni pienso que soy la mejor, en algún descuido podría irme en blanco”.

Y en el supuesto de que alguna competidora salte lo mismo que ella, no duda y afirma: “Entonces yo brincaría 1.90”, lo cual refleja su mente ganadora, ingrediente esencial para conseguir objetivos.


Roce internacional

Además de llegar a la Universiada Nacional, a celebrarse en Chihuahua, como la campeona defensora, espera que la justa le sirva de preparación para el Campeonato Nacional de Primera, que reparte dos lugares para los Juegos Centroamericanos, que se llevarán a cabo una semana después de la prueba estudiantil.

Y es que Paola ansia tener más roce internacional, ya que ver el nivel de los competidores de otros países es un reto que le incita a entrenar más duro. Orgullosa de ser mexicana, no soporta ver a su país ubicado fuera de los sitios de honor. “Me pone triste, pero a la vez me motiva a superarme”, reconoce.

Tres competencias fuertes son en las que desea participar en lo que resta del año: Juegos Centroamericanos, Juegos Iberoamericanos y Nacac, donde sin problemas cumple con las marcas establecidas para poder contender, y únicamente espera se confirme su asistencia por parte de las autoridades correspondientes.

“Volvería mil veces a entrar a la UNAM, a los 12 años y con Irma (Corral). Es parte de mi vida, me siento muy bien. Cuando me dieron los resultados de que me había quedado en la ‘Máxima Casa de Estudios’, me ofrecieron entrar a otra universidad: beca, uniformes y competencias; por supuesto que no acepté”, comenta Paola mientras mueve la cabeza negando y desaprobando esa invitación

—Paola Fuentes es muy joven ¿Qué quiere ser de grande?

—Licenciada en Geografía, con una medalla dorada de Juegos Olímpicos, haber formado una familia y tener tres hijos.


México DF, 20/04/2010

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