Candelaria Chávez
Fotos: Jacob V Zavaleta

Dicen que los reconocimientos y premios se deben realizar cuando las personas se encuentran en plenitud y llenas de vida. Tan cierto es el dicho que, a pocos días de festejar 60 años, de los cuales 28 ha dedicado al atletismo universitario, la profesora Irma Guadalupe Corral López ha sido laureada con el Premio Puma como mejor Entrenadora de la UNAM por su dedicación, entrega y por subir al podium a sus pupilos en cada una de las justas donde se presentan.

La profesora Corral, como se le identifica en la pista de calentamiento, no reparó en señalar tal distinción como una de las cosas más maravillosas de su vida. "No lo puedo creer. Es un reconocimiento muy especial que me llena porque cuando inicié como entrenadora pensé que nuestro trabajo no era reconocido. Sin embargo siempre traté de hacer mi mejor esfuerzo", dice emocionada y con un dejo de nostalgia.

Todos los días se le ve en el tartán, no importa que llueva, truene o relampaguee; siempre está cerca de sus alumnos: enseñándoles, corrigiéndoles e incluso haciendo la labor de psicóloga o madre al escuchar sus problemas personales o escolares.

Para ella, ser entrenadora es parte fundamental de su vida, una profesión que inició con sus cuatro hijos pues Irma los llevaba a la pista de calentamiento a hacer ejercicio. Fue por la invitación de Charlotte Bradley, ex atleta y fondista olímpica en México 68, que inició formalmente su aventura en el atletismo, primeramente en el infantil, modalidad inexistente en la UNAM en ese entonces.

"A los seis meses de entrenar junto a Charlotte, a ella le ofrecieron otro trabajo. Empecé con un equipo infantil con mis hijos y con los niños que ella me dejó. Así estuve ocho años. Todos me decían que ya estaba trabajando con gente de la Universidad y que era justo recibir algo", señaló la experimentada entrenadora.

Tras tres años de ejercer como entrenadora de atletismo, otorgó a la UNAM su primer campeonato nacional. Fue en 1986 dentro del Campeonato Nacional Juvenil —ahora llamada Olimpiada Nacional— con su hijo Luis Alberto Ramírez Corral, en salto de altura. Desde ese momento, vislumbró su futuro como entrenadora del equipo representativo auriazul.

El nombre de Irma Corral se empezó a reconocer en la UNAM: se le contrató como profesora de atletismo en la DGADyR para seguir con el entrenamiento de los niños y la designaron como la mejor entrenadora en 1994 (antecedente del Premio Puma). Además siguió guiando a sus hijos, quienes destacaron siempre tanto en el deporte como en la academia.

Entrega, determinación y pasión por lo que hace, son las cualidades que describen el trabajo realizado por Irma, mismo que se ve reflejado en los logros de sus discípulos, entre los que destacan Paola Fuentes, también honrada con el Premio Puma en el rubro de mejor Deportista. Ella es la actual campeona de salto de altura tanto en la Olimpiada como la Universiada Nacional; además ocupó el cuarto lugar panamericano, en Brasil, en 2007.

También está Jorge Rouco, quien fue segundo lugar de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 2008, en Cartagena de Indias, Colombia, así como campeón en la Olimpiada Nacional 2009, de Sonora. Otra de sus joyas es Valeria Aguilar, quien se ubicó en el cuarto sitio de la Olimpiada Nacional celebrada en tierras sonorenses.

Los hermanos Jesús y Diana Ambriz son otros de sus discípulos que la han llenado de orgullo. Él logró calificar al Mundial Juvenil de Atletismo celebrado en Belgrado y a ella la posicionó en el tercer lugar de salto de altura y 100 metros con vallas, dentro del Campeonato de Primera Fuerza, en Guanajuato.

Trabajar con base en la disciplina y constancia ha sido la clave de éxito de la profesora Corral. "Soy una persona a la que le gusta actualizarse, saber en qué momento se encuentra el atletismo, tanto nacional como internacionalmente. Quiero hacer a mis chicos más rápidos, altos y fuertes, pero de manera natural", sentenció.

Fue por sus conocimientos en el atletismo, aunado a su trayectoria, que la profesora Corral fue invitada a formar parte del equipo de futbol americano Pumas CU durante la campaña 2007 como Preparadora Física. Ese año la escuadra auriazul llegó la ronda de comodines de la entonces Conferencia de los 12 Grandes de ONEFA.

El premio lo dedica a toda su familia porque han intervenido en sus triunfos y fracasos, así como por su apoyo incondicional, pero también a la UNAM, "que se acuerda de nosotros quienes estamos aquí todos los días".

Por lo pronto Irma, inconfundible por sus pants de color auriazul, pelo caoba, gorra y lentes oscuros, sigue trabajando, como todos los días, en la pista de calentamiento, para forjar campeones en el atletismo que llenarán de gloria a la Universidad en las competencias donde participen , pero sobre todo hará de ellos mejores seres humanos.