Situado en el campus central de Ciudad Universitaria está el que es –sin lugar a dudas– el segundo campo deportivo de mayor importancia dentro de nuestra Universidad, tan sólo detrás del colosal Estadio Olímpico Universitario.
Es el Estadio de Prácticas de CU, cuya planeación y edificación se contempló, junto con el resto de la zona deportiva y la Alberca Olímpica, como parte fundamental del proyecto para mudar a la Universidad de México del antiguo “barrio universitario” del centro de la capital, hacia su ubicación actual en el Pedregal de San Ángel.
La historia del Estadio de Prácticas data de cuatro años antes de la inauguración oficial del campus de Ciudad Universitaria, cuando por primera vez se contempló la ubicación actual de la zona deportiva, en la tercera actualización de los planos arquitectónicos para la construcción de CU, en junio de 1950.
Debido a que el terreno destinado para los campos deportivos se situaba en una zona muy irregular, demarcada por los desniveles que originó la lava en las inmediaciones del Pedregal, se determinó que la plataforma ubicada en el nivel más alto y más cercano a la Avenida de los Insurgentes, se destinaría a la construcción de una cancha de futbol, rodeada de una pista para atletismo y con tribunas.
Así, a finales del 50, ya estaba definida y aprobada por las autoridades la zona de los campos deportivos y sólo faltaban detalles para iniciar las obras de la Alberca Universitaria, misma que sería inaugurada en 1952 con los Juegos Panamericanos, así como la zona de tribunas del que en ese entonces sería conocido como el Estadio de Entrenamiento.
Finalmente, en mayo de 1952, fue aprobado en su totalidad el “Proyecto de conjunto” de la Ciudad Universitaria de México, elaborado por los arquitectos Mario Pani y Enrique del Moral, con el Arquitecto Carlos Lazo como director general de la obra, siendo Pani y Del Moral los encargados directos de construir la zona deportiva, asesorados por los profesores Eduardo Méndez y Jorge Molina Celis, así como por el ingeniero Armando Jiménez Farías.
Fue así como, a finales del año de 1952, quedó construido el que en ese entonces sería bautizado como el Estadio de entrenamiento de la Ciudad Universitaria, nombre que, con el tiempo y por el uso coloquial de los estudiantes-deportistas, se convertiría en el Estadio de prácticas.
Desde su inauguración, hace ya 56 años, el campo deportivo fue utilizado para la realización de partidos de balompié y competencias de atletismo pero, sin lugar a dudas, su principal función fue la de albergar los entrenamientos del equipo mayor de los Pumas y fungir como sede de los partidos del futbol americano estudiantil dentro de CU.
Así, el Estadio de Entrenamientos fue el hogar del futbol americano de la UNAM durante sus años más gloriosos; la llamada “época dorada”, cuando los universitarios fueran dirigidos por el legendario jugador y entrenador, Roberto Tapatío Méndez.
Gracias, Tapa
Hablar del coach Roberto Méndez Ramírez, también conocido como El Tapa, es volver a la vida a una de las máximas leyendas de nuestra institución, ya que no sólo llevó al equipo de futbol americano a conseguir nueve títulos en sus 18 años como entrenador –de 1946 a 1964–, sino que también logró la victoria para los Pumas en el partido inaugural del Estadio Olímpico de CU, al doblegar por 20-19 a los Burros Blancos del Politécnico.
Además, fue él quien le dio la identidad felina a todos los atletas universitarios, al adoptar al puma como el símbolo representativo de la UNAM, ya que, de acuerdo con sus ideas, el puma simbolizaba la astucia, agilidad, rapidez e inteligencia que hace salir victoriosos a los universitarios en cualquier enfrentamiento, aún ante rivales físicamente superiores.
Incansable formador de deportistas, estudiantes y seres humanos, no es de extrañar que a mediados de los ochenta, por iniciativa del entrenador Diego García Miravete, el Estadio de Prácticas haya sido rebautizado con su nombre, con lo cual se inmortalizó aún más su leyenda, tanto dentro como fuera del emparrillado.
El Estadio de Prácticas y la prueba del tiempo
Este coloso, que se erige majestuoso en las inmediaciones del campus central de la UNAM, tiene una capacidad para cuatro mil espectadores en sus dos tribunas laterales y cuenta con metas intercambiables para futbol soccer y americano.
Dotado de una pista atlética de siete carriles en todo su desarrollo para la práctica del atletismo, El Tapatío tiene también una superficie apta para realizar pruebas de campo: saltos de altura, longitud, salto triple y salto con garrocha.
Además, el estadio es idóneo para la práctica de los diferentes tipos de lanzamientos: tiene dos carriles para lanzamiento de jabalina, dos círculos para lanzamiento de bala, dos círculos para lanzamiento de disco y dos jaulas para lanzamiento de martillo.
Dentro de las instalaciones del estadio se cuenta con una zona de vestidores para los atletas y servicios sanitarios para los espectadores, además de un marcador electrónico colocado en una de las cabeceras de la cancha.
Históricamente, el Tapatío ha fungido como sede de una gran cantidad de eventos, entre los cuales destacan partidos de temporada regular y finales de futbol americano y soccer en los torneos internos de la UNAM, además del tradicional Tazón de la mezcla en el Torneo Interfacultades de futbol americano, así como sede de abanderamientos de contingentes universitarios para Olimpiada y Universiada Nacionales.
También ha albergado a las diferentes disciplinas del atletismo para los torneos estatales y regionales con miras a Universiadas y Olimpiadas Nacionales y, últimamente, el 17 de noviembre de 2006, fue sede del Campeonato Nacional de Exteriores de Tiro con Arco, además de que este año, en fecha aún por confirmar, recibirá el torneo de atletismo Jorge Molina Celis.
El Estadio de Prácticas Roberto Tapatío Méndez ha superado con creces la prueba del tiempo, al mantenerse funcional para la práctica de las diversas disciplinas para las que fue concebido, gracias a un adecuado mantenimiento y a la constante remodelación y adecuación de las instalaciones por parte de las autoridades universitarias.
En el 2005, la Dirección General de Obras y Servicios llevó a cabo una remodelación del Estadio de Prácticas, la cual constó de la sustitución del piso sintético para la pista de atletismo, se pintaron las graderías y se llevó a cabo un proceso de reempastado de la cancha, al igual que se realizó la dignificación de los sanitarios y las zonas de vestidores para los atletas.
Este es el Estadio de Prácticas de la Universidad. Hogar de los Pumas e histórico monumento deportivo, que guarda en el campo y en sus tribunas la memoria de miles de gestas heroicas, protagonizadas por nuestros mejores atletas. Baluarte indispensable del deporte universitario y tan legendario como el nombre que adoptó: Roberto Tapatío Méndez.
