"Como deportista es un diamante en bruto que puede volverse una gema de mucho valor si uno lo cuida", dice su entrenador, Raúl Porta " />

Gus, una historia de talento, actitud, constancia y esfuerzo

Candelaria Chávez
Fotos: Jacob V. Zavaleta

 

 

Gustavo Sánchez Martínez, nadador auriazul, multimedallista del CAN AM de Natación Paralímpica de Edmonton, Canadá, se coronó campeón mundial y obtuvo su boleto rumbo a los Juegos Paralímpicos de Londres 2012: así se saca la espinita de hace un año, cuando se quedó a un paso de la justa de Beijing, China.

Gustavo también se dio el lujo de relegar a Juan Ignacio Reyes, el mejor exponente de la natación paralímpica en México, al segundo puesto. Estos logros internacionales se unieron a las cuatro preseas logradas en la Paralimpiada Nacional 2009, en Sonora: tres de oro y una de plata.

Además, el nadador puma impidió que la corona fuera una vez más para Reyes (quien hasta el 2008 había dominado los Juegos Nacionales sobre Silla de Ruedas). La cereza del pastel vino cuando batió dos récords nacionales en las pruebas de 150 metros combinados y 100 libres en la edición 2009 de los Juegos Nacionales celebrados en Cuernavaca, Morelos.

Gracias a estos resultados, la CONADE lo distinguió como Talento Deportivo Juvenil, proporcionándole una beca e igualmente se hizo merecedor a integrar la delegación de medallistas de la Olimpiada Nacional que visitó al Presidente de la República en Palacio Nacional.

Esta cadena de éxitos basta para presentar la historia de vida de un deportista de élite para quien no existen imposibles; Gustavo lo ha demostrado a lo largo de más de una década de practicar natación paralímpica, durante la cual ha cosechado múltiples premios, en aguas que siempre tiñe de azul y oro.

Decir “Gustavo Sánchez Martínez” tal vez no represente mucho, pero cuando se habla de Gus, viene a la mente de todos la mirada pícara pero a la vez inocente del delfín universitario, que ha ocupado los primeros lugares de los torneos paralímpicos en la natación nacional e internacional y  ha roto incluso sus propios récords, una y otra vez.

Historia y ejemplo de vida
Gus es un ejemplo para los deportistas, pero es también un ejemplo de vida, sobre todo desde que se aferró a ella: una malformación congénita de ambas piernas y del brazo izquierdo no le ha impedido triunfar. Desde hace 12 años practica la natación. La historia comenzó cuando los médicos le recomendaron a los padres de Gustavo someterlo a terapias acuáticas “para realizar ejercicios que lo ayudarían a desarrollar la fuerza necesaria que requerían las otras partes de su cuerpo, como el dorso y el brazo derecho”, relata el padre de Gus.

“Empecé a los tres años con Juan Manuel Díaz Nava, aquí en CU, principalmente por mi terapia, pero con el paso del tiempo él observó que tenía cualidades para nadar de manera competitiva, luego mis papás me inscribieron al programa Pumitas Natación. Gracias a la motivación y confianza que me brindó mi profesor, además de mi actual entrenador, Raúl Porta, poco a poco fui escalando peldaños hasta llegar aquí”, recuerda Gus, de 15 años de edad. El éxito no ha sido fácil para él, pero con trabajo, actitud y disciplina ha llegado lejos; como ahora, que consiguió su boleto para los Paralímpicos de Londres 2012.

Gus es el más pequeño de la familia Sánchez Martínez, integrada por su mamá, María Elena, profesora y exdirectora de posgrado en la Escuela Nacional de Artes Plásticas; dos hermanas: Jimena, de 27 años y estudiante de Diseño Grafico en la ENAP, así como Gabriela, de 25 y alumna de diseño industrial en Ingeniería. Gustavo Sánchez, su padre, es quien se dedica en cuerpo y alma a Gus: lo lleva y lo trae diariamente a sus entrenamientos en Ciudad Universitaria y en el Centro Paralímpico de la CONADE. “Por lo tanto, me considero ‘hecho en CU’”, enfatiza orgulloso y con una sonrisa el tritón puma, nuevo estudiante de la Preparatoria de Cantera.

“La verdad es que Gustavo ha sido para nosotros el ejemplo de fuerza y ganas de vivir, sobre todo para mi esposa, pues como mujer y madre fue un shock ver en el quirófano a nuestro hijo, deseado y planeado, con esta malformación. Sin embargo me tocó ser el más fuerte y reforzarla a ella para después explicarles la situación a mis hijas y a la familia en general, para afrontar la realidad”, comenta Gustavo padre.

“No todos somos iguales, pero él tuvo la fortuna de contar con la familia que tiene. Ellos han sabido llevarlo a los lugares más adecuados para que se desarrolle sanamente. Nunca han hecho lo que regularmente hacemos algunos padres: sobreprotegerlo”, explica el profesor del equipo representativo de natación de la UNAM y de Gus, Raúl Porta.

El pequeño tritón probó también suerte en el futbol soccer y americano, pero no encajó muy bien en ellos por ser deportes de contacto. Sin embargo, en la natación encontró no sólo la disciplina donde ha destacado, sino también grandes entrenadores y amigos que lo han apoyado para ser un digno campeón universitario y ejemplo a seguir para otros deportistas, cosa que tomó con gran madurez.

Su entrenador sentenció: “Qué no sean sólo campeones olímpicos, sino que se mantengan ahí. Porque aunque sea él, Gus, uno de los más pequeños del contingente en cuanto a la edad, es una persona que les va a enseñar mucho. Si él da esa enseñanza con esa humildad que tiene, el equipo mexicano se va a elevar a las nubes en Londres”.

Gus confiesa que ser deportista de la UNAM y formar parte de su comunidad estudiantil es lo que siempre quiso. Sin embargo, sugiere que en el formato de admisión a la UNAM haya un apartado donde se especifique si los aspirantes tienen alguna discapacidad para poder canalizarlos a los planteles adecuados para ellos, pues, dice, “yo me enfrenté a esta situación y no me gustaría que futuras generaciones lo padecieran”.

Ahora uno de sus sueños se hizo realidad, pero aún tiene otros por cumplir “como traer al cuello, para mi Universidad y mi país, una medalla olímpica de oro”, concluye Gus.

México DF, 10/12/2009

   
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