Tritones pumas nadan en aguas abiertas para apoyar a ONG " />

Atletas universitarios participan en competencias con fines altruistas

Arturo Alavez / Armando Islas
Fotos: Jacob V Zavaleta / cortesía equipo de triatlón

 

 

 

El deporte suele ser relacionado con un sentido de competencia o como parte de una cultura física que procura la buena salud y mantener en forma a quien lo practica. Pocas veces se ve al deporte como un instrumento para conseguir fines altruistas. Raquel Márquez Colín, junto a tres triatletas y cinco nadadores de fondo, todos de la UNAM, son un ejemplo de ello. Y es que, desde diferentes escenarios, apoyan a organizaciones no gubernamentales (ONG) a través del deporte.

Brazadas por la vida
Profesora de inglés, Raquel Márquez fue pionera en este enfoque del deporte. Durante 11 años, desde los seis y hasta los 17, estuvo vinculada en la natación —"porque mi mamá me obligó", dice— pero siempre en albercas, pues el mar "me aterraba".

Tras una pausa de 14 años, Raquel regresó a la práctica de la natación en 2003, pero en competencias en aguas abiertas, algo que terminó atrayéndola poderosamente. Fue así como Raquel se convirtió, en 2006, en la segunda mujer del mundo, y la primera latinoamericana, en cruzar a nado el Canal de la Mancha. Pero tenía también otro objetivo: promover los transplantes de órganos en México, creando conciencia en el país sobre su importancia.

Raquel no se conformó con eso. En agosto pasado regresó al estrecho de mar que separa Inglaterra de Francia para realizar un cruce doble con el fin de recabar fondos para costear el tratamiento médico de niños con cáncer a través de la Fundación "Aquí Nadie se Rinde AC". “Brazadas por la Vida para un Niño con Cáncer” fue el nombre del proyecto, y la mecánica fue vender las 60 mil brazadas que esta diseñadora gráfica egresada de la ENAP dio para completar la travesía. "Cuando vas a los hospitales, te acercas a la gente enferma y escuchas sus historias, es increíble que no se curen por falta de recursos", señala Márquez Colín.

Gracias a este segundo cruce se obtuvieron los recursos para brindar la atención médica que necesitaban seis niños enfermos de cáncer. Y están vivos. Eso llena de satisfacción a Raquel y la hace embarcarse en un nuevo reto: ayudar a niños con diabetes, pero ahora no serán brazadas dadas sino metros recorridos. Esta iniciativa está previsto que se lleve a cabo en agosto de 2010. "Si puedo ayudarlos con lo que más me gusta hacer, seguiré nadando por muchos años más", sentencia Raquel.

Por ellas… el mar de Cortés
Por otra parte, ocho tritones auriazules, de ellos tres triatletas y cinco nadadores de fondo, participaron hace unos días en la regata "Por ellas… el Mar de Cortés" celebrada en las costas de Baja California y organizada por el movimiento altruista “Mujeres Activas” que busca recabar fondos para atender a mujeres con cáncer de mama.

En la iniciativa participaron equipos procedentes de todo el país cuyos competidores debían cubrir 34 kilómetros a nado en estilo libre en parejas y con relevos de 30 minutos en las aguas del Mar de Cortés, con salida en playa Pichilingue y meta en La Paz. Los universitarios se ubicaron en segundo lugar al realizar el recorrido en ocho horas con 42 minutos.

La mecánica de la regata fue que por cada equipo inscrito, una empresa particular otorgó un monto monetario a la causa, mismo que iba ascendiendo si el conjunto al que apostaban se ubicaba en los primeros lugares. Cesar Balleza e Ivonne de la Barrera, considerada la pareja más rápida del representativo de la UNAM, inició el recorrido y se ubicó temporalmente en el quinto sitio. Media hora después, el dúo conformado por Federico Morales y Agustín Romero tomó la estafeta y remontaron al cuarto sitio. El tercer relevo, integrado por Reyna Ramírez y Alba Navarrete, situó al equipo en segundo puesto. La cuarta mancuerna: Carlos García y Joel Cortés, mantuvo la segunda posición para repetir el ciclo de relevos y llegar a la meta en ese sitio en la capital del estado.

Más allá del resultado, los deportistas universitarios manifestaron su alegría al participar en pruebas de este tipo. "Nos sentimos muy bien y orgullosos por haber estado ahí. No hubo una rivalidad por saber quién era mejor, sino por un fin común, que es apoyar causas altruistas", comentó Ivonne de la Barrera, quien además señaló que volverán en el 2010.

César Balleza, experimentado nadador en aguas abiertas, comentó que tomaron la regata con la seriedad necesaria pues una competencia así es un gran reto: "Implica mucha logística y preparación, saber hacia dónde van las corrientes del mar y el clima, por mencionar algunas, así que agradecemos el apoyo de Andrea Villegas y Salvador López como parte de nuestro staff."

 

México DF, 09/11/2009

   
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