Nació el 24 de mayo
  • Si al transportarla no van muy rápido o no ponen música se pone nerviosa, pero sintonizan su estaci&oacu" />

    Miztli: casi un lustro de rugir al compás del Goya

    • Nació el 24 de mayo
    • Si al transportarla no van muy rápido o no ponen música se pone nerviosa, pero sintonizan su estaci&oacu

      Emiliano Alvarado
      Fotos: Emiliano Alvarado y Jesús Bravo

       

       

      Posesiva, celosa, juguetona, dominante, traviesa, un tanto voluble, solitaria, gruñona,  pero a la vez tranquila y voluntariosa, acostumbrada a los eventos sociales, a las cámaras y reflectores; con un gusto muy particular por la música tropical y grupera; mide cerca de dos metros de largo, pesa 35 kilogramos y está encariñada con su juguete de peluche “Reno”, así es Miztli: última heredera de las mascotas universitarias que durante décadas han acompañado a los atletas auriazules en eventos deportivos y fotos de graduación.

      Miztli, de nombre científico felis concolor y que en náhuatl significa puma, abrió las puertas de su casa ubicada en el Centro de Enseñanza, Práctica e Investigación en Producción y Salud Animal (CEPIPSA), ubicada en el rancho de Topilejo, en el kilómetro 28 y medio de la carretera libre México-Cuernavaca.

      En un ambiente tranquilo y sereno, la doctora Tarín Gutiérrez Lerma, quien está con los felinos desde 1999 y es la encargada del manejo, entrenamiento y logística del equipo de los pumas, además de coordinar a su gente en los eventos cuando Miztli es requerida, platicó unos minutos sobre la sucesora de Toshka, última mascota de la UNAM.

      Miztli llegó de un criadero de Guerrero a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, a los 5 meses de nacida, en donde durante tres días se le hicieron pruebas “de peso, le tomaron constantes, se le aplicaron vacunas, le pusieron medicina preventiva como a cualquier felino y se le midió, después se la trajeron aquí (CEPIPSA)”, recordó la doctora Tarín Gutiérrez.

      Próxima a cumplir cinco años el 24 de mayo, la mascota universitaria tiene una dieta diaria de carne roja y piezas de pollo. Siempre está rigurosamente hidratada con agua, y en todas sus jaulas los contenedores están llenos de líquido.

      El cuidado que se le da a la “princesa”, como se dirige la doctora Tarín Gutiérrez a Miztli, es muy estricto. Entre tesistas, manejadores y voluntarios conforman un equipo de ocho personas que están a cargo de la felina. “Todos los chicos le dedican mínimo dos horas, se le da de comer, se le limpia, juegan con ella, checan si está de mal humor, y todo esto se anota diariamente en una bitácora”, explicó la entrenadora.

      Las peculiaridades que tiene Miztli son muchas, en cuanto a su carácter puede ser muy tranquila pero a la vez celosa, posesiva y dominante, le gusta jugar mucho con su peluche “Reno” y pasearse por toda su jaula, sin embargo, también le agrada descansar y lo hace en una pequeña casa de madera montada arriba de un tronco dentro de su estancia.

      Uno de los aspectos que han caracterizado a todas las mascotas universitarias ha sido el trato con la gente, pasando desde Casti –primer puma de la UNAM– hasta Miztli, los otros seis felinos –Palillo, Ulises, Pibe, Maya, Elmer y Toshka– todos han estado en numerosos eventos deportivos y en fotos de graduación. Y por supuesto la “princesa” no es la excepción, más de 100 salidas ha tenido destacando la semifinal de Pumas-Atlas, año en que la escuadra auriazul de futbol se coronó bicampeón.

      “Ha salido a muchos eventos, en épocas de graduación la piden mucho para las fotos de generación, en noviembre del año pasado la pidieron para tres partidos de futbol americano, salió en una semifinal de Pumas-Atlas”, comentó la doctora Tarín.

      Podría pensarse que los trayectos de Miztli a estos eventos son como cualquier otro: sólo la encierran en su transportadora hasta llegar al evento y es todo. Sin embargo, la felina necesita escuchar la música de las estaciones Ke buena o La sabrosita para que vaya en calma a su destino.

      “Cuando en el carro no vamos muy rápido y sin música, se pone nerviosa, pero le sintonizas a su estación favorita y se tranquiliza”, expresó entre risas la doctora Tarín.

      Al preguntar sobre si la felina será apareada, la respuesta fue contundente. “No la pensamos cruzar por su fin zootécnico: ser mascota, además sería muy difícil porque habría que conseguir un macho de la misma sub especie, si no es así la podrían lastimar. Aparte con crías se vuelven un poquito más agresivas, entonces no”, concretó la doctora Tarín.

      Podremos disfrutar de la belleza y simpatía de “Miztli” durante mucho tiempo, ya que éstos felinos tienen un promedio de vida entre 20 a 25 años. Apenas está por cumplir un lustro de vida y se encamina para seguir los pasos de sus antecesores y poder rugir al compás del Goya, durante cientos de eventos más.

      México DF, 14/04/2008

      [Inicio]   [Ir al índice de noticias]

       

      Más noticias