Emiliano Alvarado
Fotos: Jacob V. Zavaleta

Con una cosecha de tres preseas en la pasada Olimpiada Nacional realizada en Monterrey, Nuevo León, los ciclistas Samantha Mendoza (oro) y Jhonatan Gallegos (dos platas), visitaron las instalaciones de la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas (DGADyR) de la UNAM y platicaron de su experiencia en tierras regias y de los nuevos retos que tienen en un futuro.

La actuación de ambos pedalistas fue reconocida por Luis Regueiro Urquiola, director general de la DGADyR, quien platicó con ellos, los felicitó, los alentó a que siguieran por el camino del triunfo y sobre todo que continúen poniendo en alto el nombre de la Universidad “porque deportistas como ustedes son los que necesita la UNAM”.

Más tranquilos y con la cabeza fría, luego de los resultados obtenidos en este evento, los competidores puma analizaron su actuación olímpica, la cual fue, para ellos, buena en términos generales, sin embargo ambos concluyen que pudieron conseguir mejores resultados.

“Ahora que tuve tiempo de estudiar las cosas estoy muy contenta por mi actuación. El hecho de estar con el señor Regueiro es una gran motivación para seguir adelante y es una forma de que se reconozca mi esfuerzo.

Sin embargo sé que las circunstancias en dos pruebas no me ayudaron a conseguir otras medallas. Tenía la capacidad de traerme más y por eso no estoy tan satisfecha de los resultados”, comentó la ciclista auriazul.

Ahora le da vuelta a la página y seguirá entrenando duro para acceder en un futuro a competencias de talla continental, inclusive hasta llegar a unos juegos 0límpicos. “Ahora me siento con nivel para competir en Panamericanos, a muchas de las ciclistas que estarán en Ecuador —sede de la justa continental— este fin de semana, les he ganado.

Para unas Olimpiadas aún me falta mucho, debo entrenar más. Lo principal para que siga creciendo es el fogueo internacional: aún no ha llegado, pero cuando lo haga lo aprovecharé bien, me siento con la capacidad de llegar, en ocho años, a unos Juegos Olímpicos”, concluyó Mendoza, quien agradeció a la gente de la UNAM por su apoyo.

Del otro lado de la moneda se encuentra Jhonatan. El análisis de su participación en la justa olímpica es la misma que tiene Samantha, sin embargo no está contento por los resultados obtenidos, sabe que, con su nivel, pudo dar más. La excesiva confianza y creerse vencedor antes de tiempo arruinaron sus planes: tres metales.

“Estoy muy feliz porque pude aportar dos preseas a la Universidad, en términos generales fueron buenos los resultados, pero cada que me felicitan o me hablan de mis logros en la Olimpiada me siento mal, porque en realidad yo iba por tres podios, si no los logré no fue por falta de capacidad, y eso es lo que me impide sentirme lleno”, explicó Gallegos.

A pesar de todo esto, los reconocimientos lo mantienen con la motivación para seguir con su preparación. Ahora el camino a seguir será en la categoría élite.

“Le daré totalmente la vuelta a la hoja, dejaré esto atrás y a partir de dos semanas hasta diciembre, tendré una preparación exhaustiva para ingresar a nivel élite. Practicaré patinaje, natación y otras disciplinas que me ayuden a fortalecerme y llegar a hacer ruido en esta categoría. Me siento con el nivel para lograrlo, quiero seguir creciendo y lo conseguiré”, afirmó el ciclista felino.

Ambos atletas se prepararán por lo que resta del año, seguirán esforzándose con el pundonor que los caracteriza para hacer válida la calidad de promesas del ciclismo universitario el año que viene, en el nacional de la especialidad.

Samantha lo hará al lado de su padre Manuel Mendoza, quien ha estado con ella desde los cuatro años, edad a la que empezó a recorrer sus primeros kilómetros. Y Gallegos continuará entrenando con Guillermo Gutiérrez, presidente de la Asociación de ciclismo de la UNAM, quien le dio la oportunidad de vestir los colores auriazules.