Charrería de la UNAM: inclusión y orgullo patrio

• Adela Acevedo, alumna de la Facultad de Derecho, y Kevin Leyva, de la FES Cuautitlán, comparten su orgullo por esta disciplina

Sandra Lozada
Fotografías: Fredy Pastrana / cortesía de Adela Acevedo y Kevin Leyva

 

Inclusión, amistad, tradición y cultura, son palabras que describen a la charrería en México, disciplina que, a partir del decreto presidencial emitido por el entonces presidente de la República Mexicana, Pascual Ortiz Rubio, desde 1932 conmemora su día cada 14 de septiembre.

Al interior de la Charrería de la UNAM, esta fecha es sumamente significativa. Para Adela Acevedo, alumna de la Facultad de Derecho y escaramuza auriazul, la charrería permite exaltar valores característicos de las tradiciones mexicanas.

“La charrería es el deporte nacional por excelencia. Este día es algo que a todos los mexicanos nos debería de importar, es nuestra cultura, son nuestras raíces, nuestras tradiciones, es un día muy importante para conmemorar lo que es México, lo que son sus valores, lo que es la esencia de los hombres y mujeres a caballo”, manifiesta Adela Acevedo.

Por su parte, Kevin Leyva López, alumno de la FES Cuautitlán, considera que “vestirte de charro da un orgullo especial, te sientes más mexicano, abrazas tus raíces. El ser un charro es mostrar valentía, tener nervios de acero, también es amistad, porque en este deporte encuentras desde personas maduras hasta niños que van empezando con el deporte”.

La charrería organizada tiene más de 80 años de existencia, sus orígenes datan desde la conquista española, con los indígenas que montaban a caballo con fines de trabajo. Más tarde, dentro de las actividades laborales, comenzaron a hacer desafíos para demostrar quién era el más habilidoso. Ahí comenzó a considerarse un deporte y a hacerse de esta actividad una celebración, por lo cual nace la charreada y con esta una fiesta popular.

El protocolo de la charreada está tan vinculado a la patria, que incluye los honores a la bandera con la presencia de una banda de guerra en eventos de especial relevancia. Y más allá del carácter deportivo, los charros también poseen un significado institucional, ya que son considerados como parte de la reserva del Ejército Mexicano, e incluso tienen participación en los típicos desfiles del 16 de septiembre.

Arturo Ruiz Ruisánchez, presidente de la Asociación Deportiva Universitaria de Charrería de la UNAM (ACHUNAM), afirma que al portar el traje de charro se debe seguir un comportamiento adecuado, tratar bien a su cabalgadura y comportarse con respeto entre las personas, pues todo ello obedece a una connotación histórica.

“Cuando nos vestimos de charro tenemos el compromiso de representar a México, estamos encarnando una figura que se debe respetar con base en principios y valores” explica Arturo Ruiz, quien pondera el rol de la mujer en esta disciplina al agregar “Sin la mujer, no habría charrería. Es una protagonista de toda charreada”, mientras que Adela Acevedo lo confirma al decir que “aquí en la UNAM existen las mismas oportunidades tanto para hombres como para mujeres. Si quieres aprender, los profesores te van a enseñar a montar y a brindarte la ayuda necesaria”.

En el mandato presidencial de Manuel Ávila Camacho (1940 - 1946) la charrería fue declarada “deporte nacional” y en el año 2016 fue reconocida como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), por lo cual es un emblema de la Nación que trasciende fronteras, y como muestra, las palabras del poeta español Manuel Benítez Carrasco: “vestirse de charro, es vestirse de México”.

México DF, 13/09/2021

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