Ejercicio aeróbico, propulsor del efecto protector de vacunas en adultos mayores

• Esta práctica favorece al tiempo de inmunidad que generan los antígenos contra la Influenza H1N1, H3N2 e Influenza B.

Eduardo Aguilar
Fotos: Cristina Jiménez y Fredy Pastrana

 

El ejercicio físico no sólo ayuda a mejorar la calidad de vida, sino que también potencia el efecto protector de ciertas vacunas en adultos mayores, lo cual refuerza la pertinencia de la activación física en este segmento de la sociedad mexicana. 

Y es que está comprobado que romper el sedentarismo e iniciar una práctica cotidiana de actividad física aumenta el tiempo de inmunidad que generan los antígenos contra la Influenza H1N1, H3N2 e Influenza B, según el estudio El entrenamiento con ejercicios cardiovasculares extiende la seroprotección de la vacuna contra la influenza en adultos mayores sedentarios: ensayo de intervención de la función inmunológica, realizado en la Universidad de Illinois en 2009. Así lo explicó José Luis Meléndez Toribio, residente de segundo año de la especialidad en Medicina de la Actividad Física y Deportiva de la UNAM, durante una ponencia transmitida por Facebook Deporte UNAM. 

El ejercicio mejora la vigencia del efecto protector de las vacunas, según esta prueba realizada en 144 adultos mayores divididos en dos grupos: uno de 70 que realizaron ejercicios de flexibilidad, y otro de 74, quienes hicieron ejercicios aeróbicos. Todos ellos con historial de sedentarismo y con una media de 69 años de edad. 

Después de seis meses de ejercicio con intensidad moderada durante 45 minutos al día y tres días por semana, se les aplicaron los antígenos contra la influenza (H1N1, H3N2 e Influenza B), y se continuó con el programa de ejercicio por cuatro meses más. “Cuando se acabaron los 10 meses del programa de ejercicios, se midió, mediante pruebas de sangre, quiénes eran los que todavía estaban siendo protegidos por la vacuna, encontrándose un mayor porcentaje de pacientes en el grupo de los que hicieron ejercicio aeróbico contra los pacientes que hicieron ejercicio de flexibilidad”, aseveró Meléndez Toribio. 

Los que mantuvieron una vigencia de protección mayor fueron los pacientes que realizaron ejercicio aeróbico, ya que 32 de 74 vacunados contra la H1N1, así como 41 de 74 en el caso de la H3N2 y 34 de 74 en el de la Influenza B, mantuvieron protección después de 24 semanas, explicó el especialista. 

En cambio, en el grupo de las personas que realizaron ejercicios de flexibilidad, 15 de 70 inmunizados ante la H1N1, así como 27 de 70 en el caso de la H3N2 y 25 de 70 en el de Influenza B, “obtuvieron una vigencia prolongada”, añadió el residente de segundo año de la especialidad en Medicina de la Actividad Física y Deportiva de la UNAM, adscrita a la Dirección General del Deporte Universitario. 

Como muchas cosas en la vida, José Luis Meléndez detalló que el exceso de ejercicio también puede resultar contraproducente, tanto en adultos mayores, como en el resto de la población. “Un ejercicio de intensidad vigorosa y larga duración provocará el fenómeno de la ‘ventana abierta’, que es la baja y supresión de la función del sistema inmunológico. Esto puede durar entre 3 y 72 horas, dependiendo de la intensidad y duración del ejercicio, y lo que producirá es que, al estar suprimida la función del sistema inmune, seamos más susceptibles a infecciones por microorganismos, virus y bacterias, por lo que resulta sumamente adecuado el acompañamiento médico”, alertó José Luis Meléndez.

México DF, 18/03/2021

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