Sexagésimo cuarto aniversario del Estadio Olímpico Universitario

• El inmueble deportivo más emblemático de la UNAM fue inaugurado el 20 de noviembre de 1952

Edmundo Ruiz Velasco
Fotos: Jacob Villavicencio

 

Este 20 de noviembre es una fecha que celebramos con gran emoción todos los mexicanos, porque ese día se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana y se recuerdan los nombres de grandes personajes históricos como  Francisco I Madero, Francisco Villa (el centauro del norte), Emiliano Zapata (el Atila del Sur), y muchos otros caudillos revolucionarios.

Sin embargo, ese mismo día, también enorgullece a todos los universitarios porque celebramos con mucha emoción la inauguración del emblemático Estadio Olímpico, en el cual se han registrado innumerables hazañas deportivas enmarcadas ante la imponente esculto-pintura del reconocido artista mexicano Diego Rivera, cuya obra fue titulada: "La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista".

Debemos destacar que la construcción de este relieve -en piedras de colores naturales- muestra el escudo universitario, con el cóndor y el águila sobre un nopal. Bajo sus alas extendidas, se colocaron tres figuras que representan la familia; el padre y la madre entregando la paloma de la paz a su hijo.

En los extremos se colocaron dos figuras que corresponden a los atletas, un hombre y una mujer, quienes encienden la antorcha del fuego olímpico. Además de incluir -en la parte inferior- una serpiente emplumada, que simboliza al dios prehispánico Quetzalcóatl, que complementa la composición.

Cabe decir que el Estadio Olímpico Universitario fue readaptado, sin modificar sustancialmente el proyecto original, para albergar las competencias de atletismo, más las ceremonias de inauguración y clausura, de los XIX Juegos Olímpicos celebrados en México, en octubre de 1968, añadiéndole el "palomar" y el tradicional pebetero. 

Integrado entre los principales atractivos turísticos y culturales de la Universidad Nacional Autónoma de México, por su estética modernista y original, el Estadio Olímpico Universitario es la instalación deportiva más conocida por los mexicanos, porque además en sus excelentes instalaciones, se han registrado innumerables triunfos deportivos en la historia de nuestro país, tanto en el contexto nacional cómo en el internacional.

En este sentido, enclavado en la parte sur-poniente de Ciudad Universitaria, el Estadio Olímpico forma parte indivisible del campus central –que fue distinguido por la UNESCO- como Patrimonio Cultural de la Humanidad, el 28 de junio del 2007, e incluye entre sus espectaculares edificaciones, la Torre de la Rectoría,  la Biblioteca Central y la Torre 2 de Humanidades, junto a la explanada central entre la zona de las islas y los edificios escolares.

El campus central incluye también las Facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía, Odontología, Medicina, Química, Ingeniería y Arquitectura, flanqueados por los frontones y la Alberca Olímpica que -debido a sus extensas dimensiones- es considerada como la más grande de América Latina.

Por tal motivo, la historia del Estadio Olímpico Universitario comenzó a escribirse el 7 de agosto de 1950 cuando fue colocada la primera piedra del majestuoso Estadio  Universitario, el cual fue inaugurado el 20 de noviembre de 1952, para albergar los Segundos Juegos Nacionales Juveniles, que fueron inaugurados por el presidente Miguel Alemán Valdés y el rector de la UNAM Luis Garrido Díaz.

Tas 64 años de haber sido inaugurado, esta monumental obra sigue siendo ejemplar por su valor histórico, plástico y escultórico, ya que fue el primer edificio construido en Ciudad Universitaria, con el proyecto arquitectónico y dirección de la obra de los arquitectos Augusto Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo Jiménez, con la importante y valiosa colaboración técnica deportiva de los entrenadores Roberto el “Tapatío”  Méndez, de futbol americano, y el profesor Jorge Molina Celis, decano del atletismo en nuestra máxima Casa de Estudios.

Cabe destacar que en la construcción de esta magna obra civil –participaron más de 10 mil obreros, quienes al trabajar las 24 horas del día- construyeron en tiempo récord -de ocho meses- el Estadio Universitario, con capacidad para 68 mil 954 espectadores y un costo de 28 millones de pesos.

Dadas las condiciones y el interés mostrado por los arquitectos e ingenieros de la Universidad Nacional, el Estadio Universitario se edificó con una visión futurista del deporte y se construyó con los más modernos adelantos tecnológicos de la época, dotándosele de espacios suficientes para que en su entorno se edificaran pistas y canchas deportivas de calentamiento, además de una gran alberca y un gimnasio cerrado, ornamentado por un enriquecido jardín botánico.

La fisonomía del estadio –dicen que se asemeja a un sombrero de charro- aunque para otros simula el cráter de un volcán- se logró gracias a la disposición de los accidentes topográficos del terreno y está construido -casi en su totalidad- con mampostería de roca volcánica, aprovechando las rocas -propias del lugar- que fue arrojada -como lava- en la erupción del volcán Xitle, un volcán en la Sierra del Ajusco al sur de la ciudad.

En la actualidad sus instalaciones deportivas están conformadas por una cancha de césped para futbol soccer y futbol americano de 105 x 68 metros, una moderna pista de tartán para las competencias de atletismo, con un sistema de sonido e iluminación adecuada para la realización de todo tipo de eventos, a cualquier hora del día o la noche.

Como referencia de su nombre actual el Estadio Olímpico Universitario tuvo su prueba magistral en la celebración de los Juegos Olímpicos de 1968,

Cabe decir que el Estadio Olímpico Universitario ha sido sede de los eventos deportivos más importantes del mundo, como los Juegos Olímpicos de 1968, el Campeonato Mundial de Futbol en 1986, los Juegos Deportivos Centroamericanos de 1954 y 1990 y los Juegos Deportivos Panamericanos de 1955 y 1975.

Junto con ellos, los décimos Juegos Mundiales Universitarios en 1979, los terceros Campeonatos Iberoamericanos de Atletismo en 1988 y, las competencias de la Golden Ligue de Atletismo en el año 2000.

Además de las múltiples temporadas oficiales de futbol americano y futbol soccer celebradas en la cancha del Estadio Olímpico Universitario, los triunfos de los más  renombrados deportistas mexicanos y extranjeros han quedado registrados en las páginas doradas de nuestro singular estadio.

Así podemos enlistar los nombres de personajes universitarios como Jorge Molina Celis, Roberto “el Tapatío Méndez”, Enriqueta Basilio, Mario Revuelta, Santiago Plaza, Enrique Aquino, Mario Velarde y Hugo Sánchez, entre muchos otros, no se pueden olvidar las hazañas de notables atletas como Bob Beamon, Dick Fosbury, Pietro Menea y Silvio Leonard, entre varios más.  

Finalmente no debemos soslayar que junto con el Estadio Olímpico Universitario, el diseño y la realización de la Ciudad Universitaria fue obra de grandes arquitectos, muralistas y trabajadores mexicanos quienes -gracias a su reconocido talento- son exponentes de las artes plásticas en el arte mundial como  Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Chávez Morado.

México DF, 18/11/2016

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