La atleta, que ganó oro en heptatlon y plata en relevos 4 x 400, en el Regional, será parte del contingente puma en la Universiada 2008 " />

El destino atlético de Alejandra Espíritu tropezó con el futbol americano

Candelaria Chávez

El destino de la atleta universitaria Alejandra Espíritu García se selló en agosto pasado, cuando en su camino se cruzó Manuel Rentería, head coach del equipo Pumas Prepas de categoría Intermedia.

Para la heptatleta puma practicar bajo las órdenes de un entrenador de americano ha sido especial: “podría decirse que a Manuel lo conocí por accidente, en agosto pasado, cuando me invitaron a participar en el equipo de infantiles de americano de la UNAM. Platicamos de atletismo, él lo practicó hace algunos años y llegó a ser campeón juvenil nacional de relevos de cuatro por cien. Le pregunté si podría entrenarme, accedió y desde entonces me preparo con él”, recordó Alejandra.

De la mano de Rentería, Alejandra obtuvo su boleto a la Universiada Nacional en heptatlón, al ubicarse el primer sitio en las eliminatorias de la región VI del Consejo Nacional del Deporte de la Educación (CONDDE), en su etapa regional; y ganó el segundo lugar en los relevos 4 x 400.

Estudiante del noveno semestre de Contaduría en la Facultad de Contaduría de la UNAM, sumó cuatro mil 187 unidades en las siete pruebas de que consta el heptatlón: cien metros con vallas, salto de altura, lanzamiento de bala, 200 metros planos, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y los 800 metros planos, para dejar en segundo y tercer lugar a Katia Correa, del Tec CEM y  Sandra Valencia, también de la UNAM, respectivamente.

Para Alejandra Espíritu, queda en el olvido la lesión que la limitó en 2007 y le impidió competir en Monterrey, Nuevo León. Ahora vendrá la revancha en Guadalajara, donde espera colocarse en el primer sitio del medallero general.

“Sé que es muy difícil enfrentar a las atletas del norte del país, como las de la Universidad Autónoma de Chihuahua, de Nuevo León o el Tecnológico de Sonora, sin embargo, la preparación, tanto física como mental, que llevo con el coach Manuel Rentería es para llegar a los 4500 puntos o más y así poder ubicarme en los primeros lugares”, prosiguió Alejandra.

Manuel Rentería es actualmente entrenador en jefe de Pumas Prepas en la Intermedia de ONEFA, a quienes en su primer año los llevó a la semifinal. Fue entrenador de los Tigres del CCH-Sur, campeones la pasada temporada de categoría Juvenil AA; y al equipo de Pumas Azul de FADEMAC lo coló a la final hace dos años.

Tal vez la disciplina, concentración, estimulación y confianza que le inspiró el entrenador Rentería a Alejandra, además de “la simbiosis que se dio por haber practicado atletismo”, como lo especificó el propio Manuel, fue lo que motivó a la heptatleta a solicitar su apoyo.

Por mi raza hablará…
Alejandra

Y con ese espíritu, como su apellido, Alejandra entrena de tres a cinco horas diarias en las instalaciones de la Alberca Olímpica Universitaria. Empieza su preparación y ejercitación física trotando de 10 a 30 minutos, seguidos de ejercicios de estiramientos y rutinas físicas de hombros, brazos y piernas.

Alejandra Espíritu divide su tiempo entre la escuela y el deporte. “Cada semana –de lunes a sábado– tengo que dedicarle muchas horas a los entrenamientos, al estudio y a mantenerme en forma. Esta prueba te exige muchos sacrificios. Dejas de hacer muchas cosas por dedicarle tiempo al deporte, y te alejas de la familia, los amigos y las distracciones que normalmente uno tiene a esta edad, como ir a fiestas o desvelarte”.

En cuanto a la alimentación, a la espigada atleta no le preocupa tanto: “me ocupo más por comer de todo un poco, siempre y cuando no me exceda, desde una ensalada con aderezo, hasta una torta o tacos…mmmh, que me fascinan. La verdad, no me limito, será por mi complexión o no lo sé, pero regularmente me mantengo en mi peso. Únicamente, dos o tres días antes de las competencias, procuro alimentarme de pastas, pollo o pescado, cuidando un poco el consumo de las carnes rojas”, dijo Alejandra.

Además de ser buena hija, alumna y amiga, Alejandra dice ser buena compañera en la pista de competencia. Ella, al contrario de algunas otras competidoras, trata de ayudar a sus contrincantes en los calentamientos, las corrige en sus pruebas y les muestra esa confianza que ella define como “una ejemplar manera de mostrar que en la UNAM, además de ir a estudiar y aprender, se forjan los valores de amistad y altruismo, sin importar el lugar donde uno se encuentre”.

Finalmente, Alejandra espera cerrar con broche de oro tanto su meta deportiva como académica: este año finaliza sus estudios de licenciatura y, posiblemente, su carrera en las pistas, ése sería su adiós a las justas deportivas.

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