Con la mira puesta en trascender, sobre todo con la aspiración de conseguir una medalla dentro de la Universiada Nacional 2015, es la meta que el conjunto femenil de voleibol de sala de la UNAM, bajo la conducción del profesor Claudio Torres García, se ha propuesto en este inicio de año.

En voz de Laura Maciel Martínez, alumna de octavo semestre en la Facultad de Derecho, capitana del equipo felino, las Pumas buscarán en la edición 2015 del máximo certamen deportivo estudiantil de México (cuya sede este año será la Universidad Autónoma de Nuevo León), colarse al pódium y traerse una medalla, misma que en los años recientes, se les ha negado.

“Comienza un nuevo año y estamos preparadas para afrontar la fase estatal y luego, el regional, pues nuestra expectativa es estar presentes en Monterrey y pelear arriba, los primeros lugares. Es mi cuarto año en el equipo y primero como capitana. Estoy consciente de la responsabilidad que implica tener esta encomienda. El equipo está bien, salieron algunas jugadoras que terminaron su ciclo, llegaron otras chicas nuevas y estamos en el proceso de conjuntarnos, acoplarnos. Trabajamos intensamente para llegar en óptimas condiciones al inicio de nuestras competencias”, señaló Maciel, quien se desempeña como acomodadora.

“Me emociona tener ahora la responsabilidad de ser capitana de este equipo. Es una presión bonita, pero la asumo con mucho gusto y alegría. Sé que ahora mi papel será, además de cumplir con lo que me corresponde dentro de la cancha, en apoyar a mis compañeras, ser ejemplo para ellas. Estoy segura que todas unidas y junto con nuestros entrenadores, trabajamos para trascender en este año”, sostuvo.

Para Laura Maciel, es un orgullo grande e indescriptible, poder representar a la UNAM a través de su deporte. “Ser un puma es algo especial, tenemos la fortuna de portar este uniforme e intentamos poner en alto el nombre de nuestra Universidad. Me siento muy orgullosa de poder hacerlo. No resulta fácil realizar esta doble tarea de estudiar y practicar un deporte. Pero sabiéndote organizar, el tiempo alcanza para todo. Se sacrifica en ocasiones muchas cosas por estar aquí, pero lo hacemos con mucho gusto y al final, todo tiene su recompensa.  Es algo mágico y especial, poder representar a la UNAM. La Universidad es el lugar que nos está formando y dando una carrera. De la mano del deporte, nos permite forjar un carácter y ser mejores personas”, señaló.

Para ella, al igual que ocurre con muchos otros jóvenes que realizan esta doble labor de estudiar y representar a la institución a través de la práctica de un deporte, llevar a cabo esta tarea, representa una manera de devolverle a la Universidad, algo por todo lo que les brinda en esta etapa de sus vidas.

“La UNAM nos ofrece muchas cosas, a cambio de poco. Así que poder representarla, es una forma de agradecimiento y retribución, el poner en alto su nombre. El voleibol me ha dejado muchas enseñanzas y aprendizajes que forman parte de lo que soy. He conocido a muchas personas y me ha permitido viajar y conocer otros lugares. Todo esto, forma parte de un cúmulo de vivencias especiales y únicas que he podido vivir y experimentar, a través de mi estancia dentro de la Universidad. De ahí que no tenga precio todo lo que en muchos aspecto, nos brinda”, dijo, al tiempo de asegurar, que todo ello enmarca una pasión y estilo de vida, que trasciende más allá de la duela o del aula de clases.