Xalapa, Veracruz 24/Nov/2014. De la Facultad de Estudios Superiores Aragón hasta el estadio Heriberto Jara de la capital Veracruzana, llegó la martillera Araceli Ibarra Ruiz, una de las competidoras menos robusta de esta prueba atlética en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En ésta ocasión, la pasante de Ingeniería se enfundó en sus licras rojas y su playera verde, colores distintos a los que suele usar cuando compite: el azul y el oro; pero que con mucho orgullo porta, porque son los colores de su país: “Es mi primer experiencia internacional, de hecho es el primer año que gané un campeonato nacional, entonces, ha sido un año bueno y en este momento, no sé que sentir, emoción, tristeza, no sé”.

En la primer prueba de la segunda jornada atlética, temprano, dio inicio la presentación de las lanzadoras, comenzando con la triple campeona mundial de la prueba y dos veces medallista olímpica, la camagueña Yipsi Moreno, la penúltima en ser presentada: Araceli, orden que corresponde a la competencia.

En el primer intento de lanzamiento para la aragonesa, hubo errores de ejecución, mandó el implemento a la red de protección, inconforme con la situación, mencionó: “Me sentí muy nerviosa a la hora de lanzar. Por las indicaciones que me había dado mi entrenadora, al parecer, estaba muy tensa de los brazos, me faltó más soltura”.

En los dos lanzamientos posteriores, la atleta puma marcó más de cincuenta metros, distancia que la colocó en el sexto lugar para la final, sólo por delante de las dos representantes de Jamaica, pero una de ellas, en la cuarta ronda de competencia, logró realizar un tiro más largo que los de Araceli para bajarla en la tabla de posiciones al séptimo lugar.

En la última ronda de lanzamientos de la final, la atleta puma consiguió su mejor tiro, cincuenta y dos metros con treinta y siete centímetros, distancia con la que logró mejorar su marca personal, sin embargo, no fue suficiente para conseguir una mejor posición en la tabla de resultados “mi tristeza se debe a que yo pensaba lanzar más y no se pudo, en entrenamiento estaba lanzando como cincuenta y cuatro ó cincuenta y cinco metros, y no los logré sacar. Aparte no me había tocado un estadio así, la presión de que toda la gente está echándote porras y no puedes dar más, sí te impone, porque traes el uniforme de México”.

Pero la historia de Araceli no comienza en el martillo, como en muchos casos, donde los atletas desde pequeños practican la disciplina. La de ella, comienza en la FES Aragón y fue en el atletismo, pero su primer acercamiento fue con el lanzamiento de bala y disco, en los que consiguió algunos resultados, “empecé a sobresalir en los lanzamientos, entonces yo lanzaba bala y disco por que en Aragón no hay condiciones para el martillo y ya que acabé la carrera, me quedaba más cerca CU, y después como veía a mis compañeros del martillo, se me antojó, se veía muy padre y un día le dije a la entrenadora: déjame jugar al martillo, y me dejó hacerlo, me dijo, no estas tan mal y de ahí lo empezamos a practicar” hoy, ha llegado a nivel internacional representando a su país, México, en una prueba que le hubiera gustado conocer antes “en el martillo llevo cuatro años, de lo que me arrepiento es no haber empezado desde el inicio en martillo, bueno no es arrepentimiento, pero tal vez hubiera tenido más avance en estos momentos”.