En mayo de 1970 cuando un joven inquieto ingresaba a estudiar Ingeniería Química en la Facultad del mismo nombre, en Ciudad Universitaria. Aquel muchacho mostraba interés por el baloncesto y poco o nulo caso le hacía al futbol. Sin embargo, un buen día aceptó integrar a la selección de su escuela para jugar el Torneo Interfacultades de futbol soccer en 1972.

Nunca imaginó que aquel certamen, al cual accedió a jugar más a regañadientes y por impulso de sus compañeros, que por convicción propia, le cambiaría la vida por completo. Aquel joven estudiante de Química, era Juan Manuel Calderón Bajonero, quien desde hace 33 años, es el entrenador en jefe de la selección de futbol soccer varonil, nivel superior, de la UNAM

En uno de los partidos que disputó con su equipo en ese Interfacultades, lo vio jugar Mario Velarde, aquel legendario entrenador de futbol universitario y profesional con el Necaxa y con los Pumas. Velarde lo invitó a formar parte del representativo de futbol soccer de la UNAM. Calderón se mostraba reacio a aceptar y Velarde tuvo que convencerlo para que accediera a ir a entrenar con ellos.

“Realmente yo no jugaba nada bien en aquel tiempo y algo vio Velarde en mí para que me insistiera en aceptar su invitación. Yo le decía, profe, yo no sé jugar y él tomo el reto de convencerme primero y pulirme, orientarme y enseñarme a desenvolverme dentro del campo, después. Me dijo que poseía una cualidad que no muchos tenían, y aquello qué él vio en mi fue de que yo no paraba de correr dentro de la cancha”, recuerda.

Calderón jugó con el representativo de la UNAM de 1973 a 1976, año en que concluyó sus estudios. Se desempeñó como mediocampista y centro delantero. En ese tiempo, aprendió de Mario Velarde los secretos del futbol y lo llegó a invitar a participar en 1975, a la reserva profesional de los Pumas.

Liderazgo y guía

Cuando en 1976 concluyó sus estudios, Calderón dejó a la Universidad y al futbol y se dedicó a trabajar en una cervecería, en lo que había estudiado. Sin embargo, en su tiempo de vacaciones y de descanso, volvía a los campos de futbol a correr y entrenar con Mario Velarde y sus muchachos.

En 1979, en unas vacaciones, Juan Calderón estaba corriendo y entrenando con el representativo, cuando el propio Velarde le extendió la invitación para hacerse cargo del equipo, pues Bora Milutinovic, director técnico de los Pumas en aquel tiempo, lo había invitado a formar parte de su cuerpo técnico, con el primer equipo de los Pumas.

“Otra vez Mario Velarde me ponía una encrucijada en mi vida. Yo me encontraba muy a gusto trabajando en la cervecería y Velarde me ofrecía hacerme cargo de la selección varonil universitaria. Lo dudé bastante. El me dijo que contaba con el apoyo del doctor Guillermo Soberón Acevedo, rector de la UNAM en aquel tiempo, para que antes de que se integrara al trabajo con los Pumas de la Primera División Profesional, delineara la estructura del futbol universitario en personas de su entera confianza. Y él me proponía a mí, por el liderazgo y la iniciativa que yo le había demostrado en mi etapa como jugador. Tienes facilidad para ser orientador y guía de los jóvenes, me decía”.

Juan Calderón, taciturno, le dijo a Velarde que, si le conseguía entrar a trabajar al posgrado de Química, que aceptaba su oferta…y al final, así ocurrió. En 1979 entró a la UNAM por honorarios con el representativo de futbol y en posgrado. Y en ambos sitios, aun se mantiene. En 1980 toma formalmente las riendas, junto con Juan Rodríguez, de la selección varonil universitaria de futbol…y comenzó a rodar el balón.

Palmarés envidiable

Con 33 años al frente del equipo representativo, Juan Calderón ha visto pasar innumerables generaciones de futbolistas, estudiantes deportistas, en quienes de una u otra forma, ha logrado impregnar no solo los secretos que heredó de su mentor, sino que su mayor orgullo, más allá de los 11 campeonatos nacionales y las siete Universiadas Mundiales a las que ha asistido, es haber atestiguado que los muchachos que han pasado por el Repre son hombres de bien, tanto en la parte laboral, como académica y profesional.

“Trabajar con jóvenes te motiva, te impregnas de su alegría y fuerzas, te hacen sentirte joven también. Por medio del futbol, hemos podido coadyuvar a su formación. Por medio del futbol, cimentamos valores como la perseverancia, tener una actitud ganadora, emprendedores, trabajo en equipo y voluntad para hacer las cosas bien. En mi casa tengo en un librero, 124 tesis que a lo largo de los años, mis alumnos me han dedicado y mi satisfacción ha sido haber ido a cada uno de los exámenes profesionales de mis muchachos”, rememora.

Juan Calderón formó parte de las selecciones universitarias que fueron a las Universiadas Mundiales de Kobe, Japón, en 1985; Zagreb, Yugoslavia, en 1987; Sheffield, Inglaterra, 1991; Pekín, China, 2001; Daegu, Corea del Sur, 2003; Esmirna, Turquía, 2005 y Bangkok, Tailandia, 2007.

A principios del mes de junio, Juan Manuel Calderón recibió, por parte de la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas, el reconocimiento al Mérito Académico, por su destacada y fructífera trayectoria como entrenador en jefe del representativo de futbol soccer de la UNAM.

“Valoro y aprecio mucho el reconocimiento que me otorgaron hace poco. Me impulsa a seguir adelante y a continuar sembrando esos valores por medio del impulso académico que les manifestamos a los muchachos. Más allá de la carrera y admiración deportiva que aquí les ofrecemos, les inculcamos el valor y la importancia de concluir sus estudios universitarios”, explica.

Para Calderón Bajonero, la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido como una segunda madre en su vida. “Me dio una carrera, inolvidables satisfacciones a través del deporte. La posibilidad de ayudar en la formación de personas que son de provecho para la sociedad”.

De Mario Velarde, su mentor y a quien extraña desde su partida en septiembre de 1997, expresa: “Mario fue el verdadero innovador del futbol moderno, dentro de la UNAM, tanto a nivel estudiantil, como profesional. El sello que distinguió a los Pumas en la década de los ochentas y principios de los noventas, sin duda germinó gracias a él”, dijo.