Antonio Sánchez, forjador de campeones en levantamiento de pesas

Con 15 años como entrenador le dio a la UNAM más de 40 medallas en distintas competencias nacionales

Antonio Sánchez Suárez, entrenador en jefe del equipo de halterofilia de la UNAM, falleció el pasado domingo por la madrugada a los 42 años de edad, con lo que dejó un legado importante para la disciplina en la Máxima Casa de Estudios del país.

Sánchez Suárez compitió siempre en el representativo de halterofilia de la UNAM en diversos torneos nacionales e internacionales, donde destacó por ubicarse siempre dentro de los primeros lugares e incluso, rompió 10 veces el record nacional en arranque y envión dentro de la división más de 110 kilos.

Su destreza con las pesas lo llevó a Panamericanos y Centroamericanos de la especialidad, donde también subió al podio de ganadores. El profe “Toño” como lo conocieron sus pupilos es egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la FES Aragón.
E
Su trayectoria como entrenador empezó desde el año 2000 justamente cuando concluyó su ciclo como deportista. La dedicación y perseverancia que mostró durante su etapa de competidor supo transmitírsela a sus pupilos, quienes lograron ubicarse dentro de los mejores a nivel nacional.

Una de ellas fue María de Jesús Ortega, quien fue campeona panamericana juvenil y noveno lugar en el Mundial Juvenil de la especialidad, ambos celebrados en Hermosillo, Sonora, en el 2003. En la misma justa otro de sus halteristas, Rodrigo Huerta se adjudicó el subcampeonato panamericano juvenil.

Fernando Mondragón también fue uno de sus alumnos destacados. Logró triple medalla de oro en la división 62 kilos durante la Universiada Nacional 2008, efectuada en Guadalajara, y además fue subcampeón de la edición 2007 de Nuevo León, dentro de los 69 kilos; También participó en cinco Olimpiadas Nacionales -de 2001 a 2005- donde se colocó dentro de los nueve mejores lugares.

Otro de sus pupilos fue Fernando Santiago, quien logró tres bronces en la Universiada de Guadalajara, tres platas en la de Morelos, así como un bronce en la de Toluca 2011. Mariana Soto, quien se colgó tres platas en la Universiada de Veracruz el año pasado, fue una de sus últimas discípulas con gran proyeccion

A pesar de su brillante trayectoria, el profesor Antonio fue hombre sencillo que nunca perdió el piso. Todas las mañanas se le veía en el gimnasio entrenar  con el equipo representativo del que siempre se sintió orgulloso y más cuando subían al podio,  una costumbre en cada torneo donde participaban.

Por esos méritos, la UNAM lo condecoró como ganador del Premio Puma 2008 al mejor entrenador deportivo de ese año. Descanse en paz.

México DF, 18/02/2013

Más noticias