Josué Palos hace historia en el boxeo de la UNAM

El estudiante del CCH sur logró la primera medalla de oro para la institución en 16 años, dentro del pugilismo de la Olimpiada Nacional.

Armando Islas
Fotos: Jacob V Zavaleta

 

Josué Palos Villatoro subió al cuadrilátero en la final de la división 70 kilogramos, dentro del boxeo de la Olimpiada Nacional 2012, con un solo objetivo: ganar. El gimnasio del Módulo Deportivo Multidisciplinario de Irapuato fue el escenario para que el estudiante del CCH Sur cumpliera su meta y además le diera a la UNAM la primera presea dorada en esta disciplina desde 1996, fecha en la que fue la primera edición de la justa.

El camino para llegar a la medalla de oro lo compartió con otros 13 púgiles. En la llave de competencias enfrentó a exponentes de Sinaloa, Campeche y Baja California antes de llegar al duelo final ante Martín Galaviz, de San Luis Potosí.

Ya en el pleito por el oro, Josué inició perdiendo el primer asalto por 12-6 pues tuvo complicaciones con la velocidad de piernas de su oponente; no obstante, le sirvió para estudiarlo.

Para el segundo round ambos empataron a 10 puntos, mientras que en el tercero Josué, ya con el rival cansado, se decidió a cazarlo para firmar 20-13 la tarjeta y consumar la voltereta en el score (36-33) colgándose la histórica primera medalla de oro para la UNAM en 16 ediciones de la Olimpiada Nacional.

“Antes de subir al cuadrilátero siempre charlo con mi entrenador. En la final me dijo: ‘hoy vas a hacer historia’ y me explicó lo que pasaría si ganaba el combate. Esa plática me motivó más para buscar la victoria que finalmente se dio. Estoy muy contento”, señaló Palos Villatoro, de 16 años.

Con los pies en la tierra

Con la presea dorada en mano, Josué recordó cómo es que se inició en el pugilismo hace año y medio: “Por mero juego. Con mis primos y amigos siempre peleaba, claro que con guantes, y les ganaba. Acordamos que nos meteríamos a un gimnasio a entrenar de verdad y así lo hicimos, pero solo yo continúe”.

Al ingresar a la UNAM y al saber que existía un lugar para practicar el deporte de los puños, no dudó en buscar acomodo en el equipo de boxeo. Bajo la batuta de Alexis Solórzano, su entrenador, así como de Antonio Solórzano, presidente de la Asociación de la disciplina, poco a poco pulió su técnica con lo que los resultados han llegando de manera pronta.

Desde ganar condición física hasta poder usar la mano izquierda, Josué admitió que ha avanzado mucho dentro del boxeo y la medalla áurea conquistada en su primera competencia importante lo avala, pero es consciente de que aún tiene camino por recorrer.

“Sé que debo dar más. Esta medalla la gané y me da mucho gusto, sin embargo, no debo conformarme solo con eso. Tengo que mirar hacia adelante pues la Olimpiada ya terminó. Necesito prepararme más para futuras competencias”, señaló el púgil puma.

El púgil señaló que la experiencia que adquirió en la Olimpiada le ha dejado mucho aprendizaje, pues nunca había peleado con boxeadores del norte del país, cuya constitución física se vuelve un hándicap en contra.

“Son altos y eso es ventaja para ellos pues pueden mantenerte a distancia. Pero aprendí mucho al enfrentarlos. Ya arriba del cuadrilátero, además de los consejos de mi entrenador, tuve que idear estrategias para conectarles”, dijo el boxeador auriazul.

Próximas batallas

El boxeador felino, admirador del boxeador estadounidense Floyd Mayweather Jr., se preparará para el Campeonato Nacional de Boxeo de Aficionados, en fecha y sede por definir, donde acudirá no como el púgil novato sino como el monarca de la Olimpiada Nacional.

“Lo único que tengo que hacer es seguir entrenando. Acudir como el boxeador que logró medalla en Olimpiada es un reto importante pero no le temo, pues si quiero ser un buen peleador dedo afrontar los escollos que se me presenten”, manifestó.

Representar a la UNAM, dice, es un orgullo, sobre todo por su calidad de estudiante y saber lo que cuesta ingresar a la institución. Vestir el uniforme de esta casa de estudios lo motiva a ser un excelente deportista y al mismo tiempo ser un buen estudiante.

“Ambas cosas van de la mano, es complicado pero no imposible compaginarlas. He sacrificado fiestas y otras diversiones por los entrenamientos, pero cuando veo los resultados, ya no creo que sea tan malo lo que dejo de hacer”, concluyó.

México DF, 13/06/2012

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