Amalia Sánchez Albo, triatleta auriazul de grandes retos

• La estudiante de la Facultad de Arquitectura buscará dar las marcas mínimas para integrarse a la selección nacional.

Armando Islas
Fotos: Jacob V. Zavaleta

 

Cuando Amalia Isabel Sánchez Albo llegó por primera vez al triatlón, nunca imaginó las satisfacciones que este deporte le daría. A cinco años de distancia la estudiante de la Facultad de Arquitectura ha logrado ubicar a la UNAM en el podio de ganadores de la Universiada Nacional. Y va por más.

En esta ocasión, con un registro de una hora y 35 segundos, Amalia se ubicó en el segundo lugar de la prueba que se efectuó en Veracruz para ayudar a que la UNAM lograra una cosecha total de 25 metales (cuatro de oro, 12 de plata y nueve de bronce). A comparación de su primera incursión en Universiada, hace dos años, su marca sigue bajando pues en Chihuahua realizó una hora, ocho minutos y 86 centésimas.

“Me siento muy satisfecha por saber cuánto he avanzado y que vale la pena tanto esfuerzo; todos los sacrificios que esto conlleva, como alimentación rigurosa y no ir a fiestas, se ven compensados cuando te ubicas en el podio”, señaló la triatleta de 21 años.

Reto internacional

Aunque son buenas sus marcas, Amalia comprende que pueden ser mejores. Por eso y debido a la mejora en sus tiempos, el sueño de pertenecer a la selección nacional no lo ve lejano, sobre todo cuando los cronos que requiere la Federación Mexicana de Triatlón (FMTri) no son tan inalcanzables.

“Para ser selección la Federación te pide, en nado libre de 1500m, un tiempo de 19:30; yo no tengo problema pues tengo un registro de 18:45. En carrera de tres kilómetros debes tener 10:30, yo estoy logrando 10:37, Me estoy enfocando en esto último porque realmente me siento motivada para llegar a la selección y que me empiecen a tomar en cuenta para eventos internacionales”, señaló Sánchez Albo.

Por lo pronto, la estudiante de la carrera de arquitectura del paisaje esperará que la FMTri publique la fecha del chequeo para así poder comenzar su carrera deportiva dentro de esta disciplina en el ámbito internacional.

“No es descabellado pensar que puedo competir en los Panamericanos de Canadá 2015 y en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016. Con esas justas terminaría mi carrera como atleta, esa es mi meta; por eso debo prepararme muy bien para lograrlo”, confesó la universitaria.

El principio

Ante la posibilidad de ser seleccionada nacional, Amalia recuerda cómo empezó formalmente su aventura en este deporte en el 2008.

“Yo competía por el DF en natación y la entonces presidenta de la Asociación de Triatlón de esa entidad pidió apoyo para conformar una delegación en dicha disciplina, porque no era muy reconocido. De hecho solo había dos chicos. Acepté y competí en estatales y regionales y quedé en primer lugar. En la Olimpiada del 2008 gané bronce en acuatlón”, dijo la triatleta.

Estos resultados la motivaron a incursionar en el triatlón y desde entonces las preseas han caído año con año. Aunque las medallas y los triunfos se le han dado, Amalia no pierde el piso y sabe que aún le falta camino por recorrer.

“Sé que soy de las novatas, pero veo también que he logrado muchos avances. El auge que tiene el triatlón ha ayudado a que el nivel crezca, tanto que en Universiada Nacional compiten exponentes que han estado en Mundiales”, detalló.

Diseño y creación

La determinación de un deportista, además de su pericia, son piezas clave para salir airoso de una competencia, pero también cuenta la organización, sobre todo si se combina el deporte con una carrera universitaria. Amalia estudia arquitectura del paisaje y se da tiempo para cumplir en ambos rubros, que le resultan apasionantes.

“Me encanta el contacto con la naturaleza, por eso también estoy en triatlón. Me gusta diseñar y crear. Es complicado poderte partir en dos para estar bien tanto en la escuela como en el deporte, pero no lo haría si no me gustaran ambas”, mencionó Sánchez Albo.

No obstante, Amalia dice que hay tiempo para todo y está convencida de que nada es para siempre; en el ahora está el triatlón, pero desarrollarse en su carrera es otra de sus metas, a la cual espera llegar pese a todo.

“No me veo como entrenadora, siento que de ser así, en vez de seguir disfrutando mi deporte me presionaría. Como atleta sientes adrenalina cuando compites, como entrenadora me preocuparía porque a lo mejor no están saliendo bien las cosas a mis pupilos, ya no le encontraría el gusto”, declaró la triatleta puma.

Ya sea en selección nacional, con el uniforme auriazul, o con el del DF (ella compite por esa delegación en Olimpiada Nacional), Amalia porta con orgullo los colores que representa según sea la competencia, pero los de la UNAM le tienen un significado especial.

“Es un compromiso y una satisfacción, aunque también es presión porque somos muchos los que estudiamos aquí y pocos los que podemos representarla a nivel nacional; esta institución es grande, y por ende, tenemos que hacer un buen papel para estar a su altura. ¡Me gusta estar aquí!”, concluyó Amalia.

México DF, 30/05/2012

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