Busca juez universitaria de judo acudir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012

Verónica Jiménez Ordaz es actualmente la número uno del mundo; asistirá al Grand Slam de Río de Janeiro, Brasil, del 17 al 27 de junio y estará en los Panamericanos de Guadalajara 2011

Armando Islas
Fotos: Jacob V. Zavaleta

 

Hace 15 años una decisión federativa le arrebató a la entonces judoka Verónica Amalia Jiménez Ordaz, la oportunidad de ser la primera mexicana en acudir a unos Juegos Olímpicos. Fue para la edición de Atlanta’96. Al parecer había logrado su clasificación al ubicarse dentro de las mejores de América; sin embargo, nunca le dieron una explicación clara para que no asistiera.

La vida da revanchas y Verónica tuvo la suya. Hoy está ubicada como la juez número uno del mundo tras su actuación en el Mundial de la especialidad del año pasado en Japón, y la también entrenadora de judo de la UNAM buscará cristalizar el sueño que se le negó como competidora.

Para lograrlo estará presente en el Grand Slam de judo, a efectuarse del 17 al 27 de junio en Río de Janeiro, Brasil, competencia que será puntuable tanto para atletas como para jueces, con el fin de asistir a Londres 2012.

“Soy la única juez de México que cumple con los puntos suficientes dentro del ranking, gracias a que he estado en Campeonatos del Mundo Junior, de Cadetes y de Primera Fuerza. Será muy complicado, pues te evaluarán en dos sesiones para sacar a los mejores de un total de 40 jueces, de los cuales la mayoría tienen experiencia de dos o tres Juegos Olímpicos, pero confío en hacer un excelente papel”, señaló la juez puma.


El inicio

Con logros internacionales como bronce en Juegos Panamericanos en 1993 y 1995, así como un podio en el Panamericano de la especialidad en el 96, la judoka Jiménez Ordaz, categoría 56 kg, tuvo que ver los Olímpicos de Atlanta’96 desde su casa.

“Había logrado ubicarme en buen lugar dentro de las mejores de América, pues para asistir a los Olímpicos debes estar entre los mejores del mundo o por ranking continental. La respuesta que me dio el entonces presidente de la Federación, Gabriel Goldsmith, de que me preparara para el siguiente ciclo me desmoronó emocionalmente. Si hubiera aguantado el trabajo para los siguientes juegos, hubiera podido estar en Sydney 2000. No lo sé, pero en ese momento me sentí muy mal”, recordó Verónica Jiménez.

Fue entonces cuando la profesora Jiménez colgó el judogui para ser entrenadora. Empezó con un pequeño grupo en la Unidad Independencia, de ahí viajó a Monterrey y Tabasco, hasta que llegó a la UNAM, a invitación expresa de Hilario Ávila, institución donde lleva trabajando seis años.

Pero la curiosidad por ser juez empezó en el 95, cuando Manuel Larrañaga, entonces director de arbitraje de la Federación Mexicana de Judo, la invitó a formar parte del cuerpo colegiado. Ella alternaba en los torneos su papel de competidora y de árbitro, hasta 1996 cuando se decidió por ser juez.

“El árbitro que no practicó judo, definitivamente tiene una enorme desventaja. Me ha ayudado en mi preparación ver videos de los competidores en acción para apreciar mejor sus movimientos. Cuando me toca presidir un combate es más fácil evaluarlos pues se como se desenvuelven. Este deporte es de apreciación y siempre que hay una proyección, hay una evaluación”, explicó la profesora Jiménez.


Trabajo y esfuerzo

Después de la cita mundialista en el país nipón, le siguieron el Gran Prix de Qingdao, China, y la Copa del Mundo de Masters en Baku, Azerbaiyán, mismos que le sirvieron de fogueo para encarar la justa brasileña.

“Me siento muy contenta con ser la número uno del mundo pues el trabajo que estoy haciendo está rindiendo frutos, sobre todo porque los jueces de Europa tienen competencias y torneos cada mes, mis oportunidades de acudir a justas internacionales son más esporádicas Sé que lo más difícil no es llegar, sino mantenerse, para eso debo seguirme preparando”, señaló.

Lo mismo dirige un combate en Olimpiada y Universiada Nacional, desde hace seis años, que lo hace en Juegos Centroamericanos y del Caribe (ediciones 2002, 2006 y 2010) así como Campeonatos Panamericanos de Judo en Argentina, Puerto Rico y México. Aún con esa experiencia la juez auriazul se confiesa nerviosa para su incursión en la justa de Río de Janeiro, pues ahí se aclarará el panorama para el año siguiente.

“De Río depende el futuro, pues una buena actuación allá me permitirá acudir al Mundial de París, a celebrarse en agosto, antes de los Panamericanos de Guadalajara. A finales de este año habrá un torneo previo a los Olímpicos, y de estar ahí podría decirse que tendría asegurado el pase a Londres, pero para eso debo ‘calificar’ a Francia” declaró.

Mientras eso ocurre, la profesora Jiménez seguirá preparándose y continuará con sus clases de judo en el Ex Reposo de Atletas de CU, donde es la sensei de estudiantes de la Prepa Cuatro. Pero sobre todo seguirá en su labor de madre con su hijo Darío, su acompañante principal, quien ya inició su camino dentro del judo.

“El apoyo que he recibido de la UNAM ha sido total y agradezco a las personas que han creído en mi como entrenadora y juez. Cuando voy a un torneo internacional, representó a México por medio de la Universidad, entonces me siento muy contenta porque ya son seis años desde que me puse esta camiseta”, finalizó la juez internacional.

México DF, 14/06/2011

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