Se presentó el Salón Retromobile FMAAC en la UNAM

• Fueron tres jornadas en el Centro de Exposiciones y Congresos (CEC-UNAM), con casi un centenar de autos antiguos, de 40 años y más

Leonardo Frías
Fotos: Jacob Villavicencio

 

Un sutil aroma a gasolina envuelve el Centro de Exposiciones y Congresos (CEC-UNAM), casi un centenar de autos en unos tres mil metros cuadrados, donde el culto y la historia son mayúsculos, cuando se refieren al artilugio industrial más emocional.

Se encuentran silenciados, en punto muerto, con la evocación al tacto, el lustre, el cromo, la cara blanca, el estatus, aunque siempre como extensión de la motricidad y las piernas humanas, como máquinas de tiempo enllantadas. Así nos presentó, por vez primera y durante tres jornadas, la vida en cuatro ruedas el Salón Retromobile FMAAC México 2015, en el recinto ubicado en Avenida del Imán 10.

La comunidad universitaria se puso al volante: asistió, evocó y dio un paseo didáctico por la historia contemporánea a través de los autos, que abarcaron el periodo de 1903 a 1965. Muchos de ellos nunca miraron rodar un coche uni o biplaza, de dos ruedas o tracción trasera.

Los asistentes fueron recibidos con un Decaville de 1903, la sangre agolpada del Mercedes carmín 220SE, el Aston Martin y su gigantesco pico en forma de cofre para conducir a dos dedos sobre el volante, las puntas metálicas de la vagoneta Clipper y hasta la reputación excesiva de un Rolls Royce plata 1948, en la que su matrícula reflejó el sitio que engalanó: CU-468.

Un estacionamiento onírico, desbordado de historias, con el Thunderbird menta biplaza, que refrescó la vista, el Austin Healey para dos, donde el viento se une, o el Lagunda 1939, competidor de Lemans, sólo visto en largometrajes en blanco y negro y, por supuesto, el Auto del Pueblo, el Volkswagen sedán en su versión más bélica de 1944, todos en esa pista inacabable de la historia, claro, de color auriazul.

México DF, 28/09/2015

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